Como es costumbre ya en el Vaticano, en el día de la fiesta litúrgica del Bautismo del Señor el papa Francisco ha bautizado a un grupo de bebés de entre los empleados de la Santa Sede. La celebración se ha desarrollado en la Capilla Sixtina y el pontífice ha realizado los ritos propios del primero de los sacramentos de la iniciación cristiana.
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Homilía mínima
En su brevísima homilía improvisada, Francisco simplemente pidió al Señor por estos hijos que van a recibir el sacramento del bautismo para “ellos crezcan en la fe, en la verdadera humanidad y en la alegría de la familia”. Tras esta petición, señaló “continuamos” con el rito del sacramento que comprende la oración de los fieles antes del bautismo propiamente dicho.
Al principio de la celebración, Francisco insistió que “es importante que los niños se sientan bien. Si tienen hambre, darles el pecho, que no lloren. Si tienen mucho calor, cámbialos… Pero que se sientan a gusto, porque hoy son ellos los que mandan y debemos servirles con el Sacramento, con las oraciones. Ahora comencemos esta ceremonia todos juntos”. Para el Papa, “hoy, cada uno de vosotros, padres, y la Iglesia misma, hacéis el regalo más grande, el más grande: el don de la fe a los niños. Sigamos adelante, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
El papa Francisco ha estado pendiente de las necesidades de los pequeños, indicando incluso en algún momento como el canto de la letanía de los santos que permaneciesen sentados los padres si así lo necesitaban para atender a los bebés. En concreto, este domingo han sido bautizados un total de 21 hijos de empleados vaticanos, 13 niños y 8 niñas.
