Desde hace unos días se esperaba una tregua en la Franja de Gaza y finalmente se ha materializado el alto al fuego. Un acuerdo alcanzado entre Hamás e Israel que ha sido posible gracias a la mediación de Estados Unidos, Qatar y Egipto tras 15 meses de guerra. La tregua entraría en vigor el domingo –Israel la debe votar este jueves, 16 de enero,– e incluye la liberación de rehenes israelíes y la retirada de tropas de Gaza.
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Vuelve la esperanza
Entre las primeras reacciones, el cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, ha deseado: “Esperamos que sirva para evitar más sufrimiento”. “Confiamos en la paz”, recalcó en declaraciones a los periodistas mientras acudía a un acto en Roma. Por su parte, el custodio de Tierra Santa, Francesco Patton, espera que “a partir del domingo se empiecen a liberar realmente rehenes y prisioneros y que, a partir de aquí, se inicie un camino, ciertamente largo, de estabilización para que Gaza vuelva a ser habitable y, al mismo tiempo, gobernable”.
El religioso franciscano considera importante “que, en esta fase, los dos contendientes no se queden solos. La comunidad internacional, que ha brillado por su ausencia durante estos largos meses de guerra, debe ahora hacer comprender a todos que sigue existiendo y que mantiene una capacidad constructiva”, denunció en declaraciones a la agencia Sir. También advirtió del riesgo de que “la ayuda sea objeto de saqueos y robos por parte de bandas armadas. Para evitarlo es necesario dar a Gaza alguna forma de gobernabilidad, un mínimo de estructura, tanto administrativa como policial”, reclamó.
Mientras, en Gaza la tregua se ha celebrado ante el hospital al-Aqsa de Deir el-Balah y en otras zonas palestinas. Los 500 refugiados de la parroquia de la Sagrada Familia, la única católica de la Franja también ha experimentado alivio. El párroco, Gabriel Romanelli, señaló que “ahora la gente empieza a alimentar la esperanza de volver a sus casas, para los que aún las tienen, y a comprender lo que queda y cómo reconstruir y volver a empezar”. En declaraciones a Sir, apuntó que “todo el mundo tiene esperanzas de que la tregua se mantenga, aunque sabemos que será un camino muy largo y complicado. Al anunciar el acuerdo, elevamos nuestra oración por la paz” y anunció “una misa de acción de gracias por la tregua, pidiendo paz para todos los que trabajan sobre el terreno para llevar alivio a la población. Damos las gracias a todos esos millones de personas de todo el mundo que se esfuerzan por ser llamados hijos de Dios”.