Los obispos de México piden a la presidenta Sheinbaum estrategias de gobierno más incluyentes

Aunque los prelados comparten su preocupación por la política del presidente Trump, los prelados advierten que “el verdadero enemigo lo tenemos en nuestro propio país”

Claudia Sheinbaum

Los obispos de México pidieron a la presidenta Claudia Sheinbaum aplicar “estrategias gubernamentales incluyentes que tomen en cuenta a las distintas fuerzas políticas, a la sociedad civil organizada, a las asociaciones religiosas y la participación ciudadana en general”.



“Los mexicanos debemos unirnos para defender al interior de nuestro país nuestra identidad, nuestra libertad, nuestros valores, nuestros derechos humanos y constitucionales, nuestras instituciones y nuestra seguridad”, añadieron.

En un comunicado, la Conferencia del Episcopado Mexicano, cuyo presidente es el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, expresó su preocupación por la política del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacia el mundo pero sobre todo hacia México; no obstante, señalaron a la mandataria que “el verdadero enemigo lo tenemos en nuestro propio país donde necesitamos una auténtica unidad nacional, para superar nuestros graves problemas internos que no han sido debidamente atendidos durante años y cada vez se agravan más”.

Problemas no resueltos

Consideraron que con la serie de medidas que el presidente Trump ha ido tomando desde el primer día de su responsabilidad, “es claro que tiene como finalidad presionar a nuestro país para lograr metas muy concretas en sus planes de gobierno: combatir la actividad del crimen organizado dedicado al narcotráfico, abordar el tema migratorio y superar las desventajas en las relaciones económicas entre los dos países que, de acuerdo con sus criterios, son desfavorables para Norteamérica”.

Cada uno de estos planteamientos -dijeron- pueden tener solución en un clima de unidad entre las distintas fuerzas políticas mexicanas para propiciar un diálogo respetuoso y una prudente apertura hacia el gobierno norteamericano para acordar una mutua colaboración.

Presidenta de México, Claudia Sheinbaum con los obispos

Presidenta de México, Claudia Sheinbaum con los obispos. Foto: CEM

Al referirse a los problemas que en su opinión no han sido resueltos, los obispos enumeraron los siguientes:

  1. La desigualdad social y la pobreza, “que requiere respuestas de fondo para propiciar las oportunidades de desarrollo social”.
  2. La corrupción “que sigue invadiendo todos nuestros ambientes”.
  3. La inseguridad “que extiende su furia sanguinaria en territorios cada vez más amplios que están en manos del crimen organizado no solo por el narcotráfico, sino también por la extorsión”.
  4. Los “asaltos a gran escala en nuestras carreteras”.
  5. Los robos “cotidianos en el transporte público y una degradación social generalizada”.
  6. Las “severas carencias en el sistema de salud pública que siguen afectando a la población”.
  7. La “baja calidad educativa”.
  8. La atención a los migrantes que “deben ser respetados por su dignidad humana y reconocidos sus derechos, sin ser vistos como moneda de cambio con el país del norte, ni como víctimas por los abusos de toda clase de delincuentes”.
  9. “Debemos ocuparnos en la reconstrucción del Estado de Derecho en el país ya que estamos experimentando un deterioro institucional al grado que ya no rige la ley, sino la voluntad de quien se impone”.

“Superar la división y confrontación social”

No obstante, los obispos mexicanos expresaron su esperanza en que la doctora Sheinbaum Pardo, “como titular del Poder Ejecutivo Federal, primera mujer en ocupar el cargo en la historia del país, tiene la oportunidad de marcar la diferencia desde su mirada y sensibilidad propiamente femenina. Nos congratulamos con ella y reconocemos su mayor apertura al diálogo”.

Señalaron que es un momento histórico para México, por lo que “queremos manifestar públicamente, como obispos de la Iglesia católica y ciudadanos mexicanos, una preocupación que debe estar presente en la toma de decisiones políticas y sociales, en el corto, mediano y largo plazo, decisiones que incumben a todos los mexicanos dado que todos somos responsables, en distintas formas, del presente y futuro del país”.

Por lo anterior, los obispos afirmaron que los mexicanos “estamos llamados a trabajar unidos ante la adversidad, convocados por nuestras distintas autoridades políticas, comenzando por la Presidencia de la República, para superar la división y confrontación social, para continuar con los diálogos en la construcción de la paz, para propiciar mayores inversiones para el desarrollo económico, con mejores condiciones laborales, especialmente para los jóvenes, que necesitan menos apoyos que generan dependencia y más formación y oportunidades de trabajo, a fin de que se sientan orgullosos de sí mismos y de su aportación social”.

“Unirse en oración por nuestra patria”

Como Iglesia en México se comprometieron a cooperar en el “diálogo nacional por la reconciliación, la paz y el restablecimiento del Estado de Derecho. Quiera Dios que nuestras autoridades civiles, por quienes hacemos permanente oración y con quienes buscamos dialogar (respetando las propias competencias) y la sociedad en su conjunto, enfoquemos mejor los esfuerzos, antepongamos el bien común al particular, y que los desafíos actuales que vienen del norte y también del sur del país, sean oportunidad para unir a la nación en torno al desarrollo social integral, como corresponde al verdadero humanismo”.

“Les recordamos las palabras del papa Francisco: ‘La unidad prevalece sobre el conflicto’, y les exhortamos a ser protagonistas en la construcción de un México más justo, fraterno y en paz. Como pastores, invitamos a todos los mexicanos a unirse en oración por nuestra patria, a ser constructores de paz en sus entornos cotidianos y a comprometerse activamente en la búsqueda del bien común”, concluyeron.

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