Jesús Sanz, sobre la resignificación del Valle de los Caídos: “Utilizar a los muertos es una maldad irresponsable”

El arzobispo de Oviedo considera que la intervención de Moncloa en Cuelgamuros puede ser “una cortina de humo”, además de “una fijación ideológica beligerante contra la memoria cristiana”

Jesús Sanz, sobre la resignificación del Valle de los Caídos: “Utilizar a los muertos es una

Querer utilizar a los muertos para ganar batallas perdidas reabriendo las heridas que tanto nos costaron cerrar como hermanos, es algo que responde a una maldad irresponsable, que insidia la convivencia en nuestra sociedad española y que tan fácilmente excita la confrontación indeseada”. Es la reflexión que el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, ha verbalizado con la vista puesta en la resignificación abierta del Valle de los Caídos.



Dos días después de que la Asamblea Plenaria diera un “refrendo total, unánime y sin ninguna voz discrepante” al acuerdo entre la Santa Sede y el Gobierno para garantizar la presencia de los benedictinos en el monasterio, la hospedería y la escolanía, además de mantener el culto en la basílica, Sanz dedicaba su carta dominical a Cuelgamuros, sin hacer referencia alguna a la negociación vaticana, centrándose en las motivaciones de Moncloa para poner su mirada en el enclave.

Por la nación española

“Esa inmensa cruz, la más alta que hay en el universo mundo con sus 152’5 metros, no es enseña de bandería, no responde a ninguna sigla política, ni es tutora de ideología alguna”, revindica el arzobispo de Oviedo en su texto, en el que recuerda cómo san Juan XXIII expuso que en la basílica y su cripta “se ofrecen sacrificios expiatorios y continuos sufragios por los Caídos en la guerra civil de España, y allí, acabados los padecimientos, terminados los trabajos y aplacadas las luchas, duermen juntos el sueño de la paz, a la vez que se ruega sin cesar por toda la nación española”.

En el escrito, el prelado franciscano subraya que la Cruz y la Abadía “nacieron como un espacio de encuentro y reconciliación tras el conflicto bélico entre hermanos” que no ha sido lo “suficientemente agradecido ni reconocido”. A la par, condena que “algunos han querido perturbar ese sagrado descanso para jalear esa memoria en beneficio propio”.

Distracción masiva

Sobre la resignificación promovida por el Ejecutivo socialista, Sanz apunta, en una referencia indirecta que “puede ser una cortina de humo más cuando son otros los quebraderos de cabeza y judiciales que en torno la corrupción de gente muy cercana con sus vínculos familiares, prevaricaciones calculadas, malversación de fondos públicos, dilapidación del necesario equilibrio en la división de poderes en un Estado de Derecho (legislativo, ejecutivo y judicial)”. El pastor llega a calificar estas prácticas como “armas de ‘distracción’ masiva”, a la que se añade “una fijación ideológica beligerante contra la memoria cristiana”.

A partir de ahí, en su carta dominical critica la “memoria sesgada y mal llamada ‘democrática’, imponiendo el resentimiento en el trasiego fraterno y sereno construyendo una historia de paz entre españoles”.

 

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