Ni vencedores ni vencidos. Debería ser así. El resultado de las elecciones en la Conferencia Episcopal deja pareceres distintos en estilo pero mantiene lo esencial. No sirve de nada ponerse a repartir palos y zanahorias a quien ha sido ingenuo o buen estratega… Lo importante es transmitir la alegría y esperanza de ser cristiano, algo que hoy no es atractivo.