Una obra de Francisco Martínez Fresneda (San Pablo, 2011). La recensión es de Eloy Bueno de la Fuente.
–
El credo apostólico. Por Cristo, con Cristo y en Cristo
Autor: Francisco Martínez Fresneda
Editorial: San Pablo
Ciudad: Madrid
Páginas: 392
–
ELOY BUENO DE LA FUENTE | El credo (o símbolo de la fe) ha jugado un papel fundamental en la historia y en la vida de la Iglesia, en la práctica concreta de las comunidades cristianas y en la conciencia de cada uno de los creyentes. Desde el principio, desempeñó una función esencial en la liturgia y en la catequesis y, progresivamente, se convirtió en lugar de condensación del desarrollo teológico y dogmático.
Es por ello comprensible que haya sido y siga siendo tema de comentarios y explicaciones para hacer comprensible al pueblo cristiano su sentido, su coherencia, sus implicaciones y su capacidad para iluminar los problemas de cada época histórica. Con esa pretensión ha sido compuesta la obra que presentamos, centrada en el Credo apostólico y el niceno-constantinopolitano, dos de las formulaciones más importantes y conocidas del símbolo eclesial.
Como acento particular, lo cual resulta coherente con la actividad teológica del autor, se pretende poner de relieve la dimensión cristológica. Para ello existe una justificación evidente: el credo tiene una estructura trinitaria constante, pues a cada una de las Personas divinas se dedica una parte; el acceso a la Trinidad, sin embargo, solo fue posible a partir de la historia y de la doctrina de Jesús (sin ello la doctrina trinitaria se difuminaría en especulación abstracta).
La opción es legítima, por tanto, pero se corre el riesgo de un desequilibrio en la arquitectura de la obra, de manera que no se fije la atención de modo suficiente en la acción conjugada de las tres Personas. El misterio cristiano vive del protagonismo de los Tres, protagonismo que debe penetrar en la conciencia de los cristianos con el fin de superar el déficit trinitario del que adolece la vivencia de la fe.
Cuatro partes
El autor divide la obra en cuatro partes, dedicando la primera a “creo”, es decir, al acto de fe. Las siguientes corresponden a la acción y a la identidad de Padre, Hijo y Espíritu Santo (en este incluye lo referente a la Iglesia, la comunión de los santos, el perdón de los pecados y la resurrección de los muertos); la amplitud de la dimensión cristológica hace que queden sin tratar de modo suficiente la paternidad de la primera Persona y la peculiaridad personal del Espíritu.
Ofrece en cada artículo una abundante base escriturística, para hacer comprensible la afirmación dogmática y su relevancia existencial, tocando algunas cuestiones actuales (como la evolución) para mostrar la coherencia entre fe y razón, entre ciencia y revelación.
En el nº 2.777 de Vida Nueva.