Bochornoso, casi una provocación, una falta de respeto hacia los ciudadanos, principales protagonistas con sus votos de todo sistema democrático. Cualquier expresión se queda corta para describir el aspecto que presentaba días atrás el Congreso de los Diputados. Coincidiendo con el debate sobre los Presupuestos Generales, apenas un tercio de los parlamentarios estaba en sus escaños. ¿Es ése el modo que tienen nuestros políticos de demostrar su interés por la tan traída y llevada crisis? Algunos dicen que siguen las sesiones desde sus despachos. Pobre justificación, sobre todo cuando luego muchos son capaces de poner el grito en el cielo por la colocación en el hemiciclo de una placa dedicada a la Madre Maravillas. Más les valiera tomar buena nota de la capacidad de servicio de la santa.
En el nº 2.637 de Vida Nueva.