Una obra de Jesús Espeja (San Pablo, 2011). La recensión es de Francisco Armenteros.
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Oyentes de la Palabra. Para dar sentido a la vida
Autor: Jesús Espeja
Editorial: San Pablo
Ciudad: Madrid
Páginas: 232
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FRANCISCO ARMENTEROS MONTIEL | Jesús Espeja nos presenta un conjunto de comentarios a la Palabra de Dios, de los domingos del año y algunas solemnidades, distribuidos en los ciclos A, B y C. Y aclara que no son homilías ni guiones homiléticos, sino “meditaciones personales en voz alta”, que ya han visto la luz en algunas publicaciones.
Tiene, por eso, coincidencias con El camino abierto por Jesús, de J. A. Pagola, publicado por PPC (Mateo) y DDB (Marcos). Y el modo de descender a lo ordinario, que debe ser concretado en el “espesor de lo cotidiano”, recuerda obras de J. Mª Avendaño como Dios viene a nuestro encuentro (Narcea) o Mística en el espesor de la vida (PPC). Es decir, “un compromiso a favor de la vida”, de la vida buena, la vida virtuosa.
Cada meditación empieza con ‘La Palabra’ o pasaje del Evangelio del día, porque Jesucristo es la “Palabra definitiva de Dios”. Plantea las meditaciones como ayuda a los oyentes de la Palabra, a creyentes que participan en la misa dominical, a los que frecuentan poco la Iglesia, y aun a los alejados. No es para menos; la práctica dominical –a pesar de estadísticas que señalan un repunte del 12-15%– por lo que conozco, en la zona sur de Madrid, no pasa del 10-5%, incluso en algunos barrios de grandes núcleos urbanos, el 1%.
El esfuerzo del autor por simplificar el texto hace que llegue a más lectores. Hace bueno el consejo de san Ambrosio: “Que tus predicaciones sean fluidas, puras y claras, de modo que, en la exhortación moral, infundas la bondad a la gente y el encanto de tu palabra cautive el fervor del pueblo, para que te siga voluntariamente a donde le conduzcas”; en este caso, “abrir horizontes”, con un fondo de esperanza y de superación (“llamados a ser más de lo que somos”).
Resume en un epílogo, dedicado al Padre Nuestro, las “ideas que se repiten machaconamente”: “El Dios revelado en Jesucristo”; “Pasar de siervos a hijos”; “Testigos de la misericordia”; “Amor que nos libra del mal”; “Orar confiadamente”; “María ‘hija predilecta del Padre’”.
Dado que son pocos los oyentes de la Palabra, tarea de los lectores es facilitar a otros la lectura; un libro, este, que se puede regalar con garantía. Y que si hubiese sido publicado después del viaje de Benedicto XVI a Benín, Espeja habría aprovechado el mensaje de la Africae munus: “La reconciliación, la justicia, la paz”, puesto que no faltan tampoco referencias a aspectos de la Doctrina Social de la Iglesia.
En el nº 2.783 de Vida Nueva.