Más de medio millar de jóvenes comprometidos entrevistan a su obispo
MIGUEL ÁNGEL M. NUÑO, SDB. CÁDIZ | No es fácil convocar a varios cientos de jóvenes católicos, salvo que se trate de un encuentro diocesano de juventud u otro acontecimiento especialmente singular. Y, sin embargo, más de 600 jóvenes de la Diócesis de Cádiz se dieron cita en una finca de Vejer de la Frontera el pasado sábado 4 de febrero. Todos ellos incardinados en procesos de formación en la fe, y con la mirada puesta en la próxima celebración del sacramento de la Confirmación.
Un formato ágil y cercano, en base al programa televisivo Tengo una pregunta para usted, sirvió para articular el encuentro con el obispo diocesano, Rafael Zornoza, que presidió la cita.
“¿Qué hacer ante la crisis y el paro juvenil?”, “¿cómo surgió su vocación y quién fue para usted referencia en su proceso de fe?”, “¿a qué dedica el tiempo libre?” o “¿qué es lo que más le preocupa como obispo?”, fueron algunos de los interrogantes que el pastor contestó con familiaridad y cercanía ante tan variopinto auditorio, expectante por sus respuestas.
![Rafael-Zornoza Rafael Zorzona, obispo de Cádiz](https://www.vidanuevadigital.com/wp-content/uploads/2012/02/Rafael-Zornoza.gif)
El obispod de Cádiz, Rafael Zornoza
Antes, hubo tiempo para rezar y reflexionar. No se trataba de un simple encuentro lúdico y festivo. Era una convocatoria de los jóvenes que cada semana se forman y maduran su fe en las parroquias de pueblos y ciudades. La lectura evangélica de la samaritana, proclamada y escuchada en un clima de absoluto silencio y recogimiento, suscitó en muchos una espontánea acción de gracias por “el agua de la fe”, “el agua de la familia”, “el agua de la solidaridad”, “el agua del compromiso”…
Estos 600 jóvenes, son, en fin, “agua limpia” que renueva, generación tras generación, la Iglesia que peregrina en Cádiz. Es uno de los grandes propósitos que trae a esta diócesis del sur el nuevo obispo, empeñado en apostar por los jóvenes. Los primeros pasos están siendo, sin duda, esperanzadores.
En el nº 2.789 de Vida Nueva.