Un libro de Raúl Berzosa y Gerardo Galetto (Desclée De Brouwer, 2012). La recensión es de Manuel María Bru.
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Hablemos de Nueva Evangelización. Para que sea nueva y evangelizadora
Autores: Raúl Berzosa y Gerardo Galetto
Editorial: Desclée De Brouwer, 2012
Ciudad: Bilbao
Páginas: 192
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MANUEL MARÍA BRU ALONSO | Decían los padres de la filosofía hermenéutica que el valor cualitativo –y también ético– del discurso está en unas pocas pretensiones del habla: inteligibilidad, veracidad y corrección. Yo añadiría, sobre todo en tiempos de ahogo a la lectura, algunas pretensiones más: ingenio, chispa, provocación, o un poco de cada.
La recién publicada obra de monseñor Raúl Berzosa (obispo de Ciudad Rodrigo, prestigioso teólogo, experto comunicador) sobre la Nueva Evangelización responde a todas esas pretensiones, ofreciendo al lector, fuera del sesudo lenguaje de no pocas obra teológicas y pastorales, una atractiva, sintética, clara y elocuente presentación de lo que es la Nueva Evangelización.
Sus páginas nos hablan de la génesis y el desarrollo del concepto, del contexto cultural y eclesial en el que se propone, de la irreductible cuestión sobre la necesidad y la peculiaridad de una Nueva Evangelización en España, de las principales claves de los Lineamenta del Sínodo sobre Nueva Evangelización que se celebrará en Roma el próximo mes de octubre, de las principales urgencias y concreciones de la misma, amén de la colaboración complementaria del profesor Gerardo Galetto, sacerdote argentino y actualmente oficial del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.
Berzosa, primeramente, nos ofrece aquí una magna catequesis sobre la Nueva Evangelización, cuya necesidad no requeriría justificación alguna si no fuera porque esta tiene, entre sus prioridades, la de la adaptación del mensaje cristiano a la inmediatez y sencillez del lenguaje de la cultura mediática actual.
Adaptación que debería empezar –y que con esta obra empieza– con la explicación de lo que la Iglesia busca cuando lanza una propuesta como esta. Porque, lejos de los sesudos ensayos de indagación sobre lo que es la Nueva Evangelización, esta debe ser propuesta –como idea cautivadora y provocadora– ya en sí misma con nuevo ardor, nuevos métodos y nuevos lenguajes.
Y, en este caso, novedad en el ardor, en los métodos y en el lenguaje no faltan. En esta obra no es fácil encontrar desarrollos retóricos, reiterativos y auto-referentes, pero sí ese criterio del lenguaje tan evangélico como mediático del “sí, sí, no, no”, o como el del consejo –tan poco aprovechado– del buen predicador: tener las ideas muy claras, decirlas escuetamente, y callar –en este caso dejar de escribir– cuando ya se hayan dicho.
Pero, además, Hablemos de Nueva Evangelización da fe de su subtítulo (Para que sea nueva y evangelizadora), porque el actual pastor mirobrigense subraya aquellos aspectos –no pocas veces críticos sobre la evangelización al uso que arrastramos– que realmente suponen, o supondrían si en la Iglesia nos arriesgamos a tomarlos en consideración, una verdadera apuesta por la renovación de la evangelización.
Empezando por el análisis de ese “cansancio de la fe” del que ha hablado Benedicto XVI, y que no dista mucho de la descripción de los “síndromes” del evangelizador descritos a lo largo del libro, pasando por una explicación sorprendente de lo que es el Atrio de los Gentiles, y terminando por describir en que consiste eso –también en sugerente expresión del Papa– de que “evangelizar es mostrar el arte de vivir”.
Hacía falta, después de tantas tesis y ensayos sobre el tema, un “libro de instrucciones” en torno a la Nueva Evangelización que, además, provocase nuevas cuestiones y abriese nuevos caminos para la libertad del Espíritu en la misión de la Iglesia.
En el nº 2.795 de Vida Nueva.