Un libro de Luzio Uriarte (PPC, 2011). La recensión es de Juan María González-Anleo.
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Jóvenes, religión y pastoral
Autor: Luzio Uriarte
Editorial: PPC, 2011
Ciudad: Madrid
Páginas: 160
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JUAN MARÍA GONZÁLEZ-ANLEO | El libro de Luzio Uriarte, profesor de la Facultad de Teología de Deusto y director del Departamento de Pastoral con Jóvenes de Adsis, es una elaborada aportación multidisciplinar (inteligente y aguda combinación de sociología, teología y pedagogía) a los que quizá son los temas más candentes de la pastoral juvenil: ¿cómo son los jóvenes de hoy frente a los que se halla la Iglesia?, ¿qué necesitan escuchar y vivir de y en la Iglesia?, ¿en qué medida se adecúan los discursos y modelos de comunicación eclesial a esas necesidades?
A diferencia de muchos de los trabajos (demasiados) que pueden encontrarse en los despachos de pastoral, este libro arranca de un atento análisis de la juventud actual.
Esta primera parte cuenta entre sus virtudes, además de ir mucho más allá de la mera revisión de los principales estudios de juventud en España, el adentrarse en la interpretación y análisis de sus datos a la luz de las necesidades de la misión pastoral, trazando y esclareciendo los grandes ejes temáticos necesarios para una profunda comprensión de la forma de ser y de vivir el mundo de la actual juventud española (y, puede decirse, europea).
Experiencia
La “clave de la subjetivización” adquiere especial importancia en el análisis que hace el autor del giro cultural que sirve de telón fondo a las transformaciones protoganizadas por los jóvenes actuales. En esta línea, pone especial énfasis, de cara a la reflexión pastoral, en la experiencia como guía de acción privilegiada de las nuevas generaciones y fuente de moralidad del “consumidor religioso”, que reelabora los principios básicos y los símbolos que se le ofrecen, dándoles el contenido y la forma más acordes con sus intereses vitales. Finaliza este bloque con un lúcido análisis sobre el perfil del joven cristiano en conflicto con la modernidad.
El segundo gran bloque se centra en los modelos de pastoral vigentes hoy en la Iglesia, las cuatro grandes orientaciones que se han desarrollado en la etapa posconciliar: la neomoderna, que se sitúa dentro del planteamiento global pesimista que hace de la modernidad la corriente neoliberal y que tal vez constituye, según el autor, la mayor parte de la pastoral juvenil actual; la conservadora, que comparte con la anterior una visión profundamente negativa de la evolución cultural de Occidente y se basa en la añoranza de tiempos pasados; la posmoderna, que toma como punto de partida de la labor pastoral el desencantamiento respecto a los grandes ideales que son capaces de dar sentido a toda la vida de la persona, el relativismo y la aceptación del pluralismo; y, por último, la modernidad crítica que, a diferencia de la anterior, y de la mano de la primera y segunda Escuela de Frankfort, considera que la modernidad no ha sido fiel a sus principios, habiendo cambiado los fines por los medios, por lo que desarrolla un estilo de pastoral basado en estos principios desvirtuados de la modernidad.
Lástima, no obstante, que el autor no dispusiese de un estudio cuantitativo que calibrase la presencia y peso real de cada uno de esos modelos en el actual panorama pastoral. O no hubiese previsto la realización de un estudio empírico ad hoc. Una apremiante investigación sociológica a realizar.
Este es, en fin, un libro complejo, aunque sin las inútiles florituras teóricas de otros que trabajan en la misma línea; un libro sobrio y crítico, que obliga a una profunda reflexión sobre la juventud española actual, los cambios culturales en los que se mueve y la idoneidad de las respuestas que les está dando la Iglesia, sin los pesimismos catastrofistas que parecen haberse convertido en tónica general de estos trabajos, pero sin caer en el complaciente optimismo.
En el nº 2.795 de Vida Nueva.