Autor de ‘Resucitó. Fundamentos de una Teología cantada’ (Universidad Pontificia de Salamanca)
J. L. CELADA | En su último libro, el sacerdote salmantino Juan José Calles Garzón (Vitigudino, 1960) nos acerca a la Teología cantada (Universidad Pontificia de Salamanca), un nuevo lenguaje –el de la música y el canto– para la Nueva Evangelización. Solo si las comunidades lo encuentran y utilizan, transmitirán con mayor fecundidad el mensaje cristiano, sostiene el actual delegado diocesano de Familia y Vida.
– ¿Qué propone su Teología cantada?
– La Teología cantada emplea el canto como medio de expresión universal y es accesible a todos los hombres y mujeres de todos los pueblos y culturas, es una teología para los pobres y sencillos de corazón. La Teología cantada propone el lenguaje de la música y el canto como los instrumentos más adecuados, permanentes y fecundos para la transmisión de los contenidos dogmáticos al corazón y espíritu de los cristianos.
– ¿Por qué Resucitó como título?
– Resucitó es el nombre del Libro de Cantos que emplean los neocatecumenales en sus liturgias y celebraciones. Este himnario de cantos es el manual básico de la Teología cantada. Este manual es un compendio de salmos, himnos y cánticos de la espiritualidad católica y hebrea. El Libro de Cantos del Camino Neocatecumenal es un buen exponente de Teología cantada, porque el 98% de los textos son Palabra de Dios musicalizada para ser cantada.
– ¿Está desaprovechado o mal utilizado el canto en el marco de la liturgia actual?
– Sin lugar a dudas. La liturgia católica, en general, tal y como es vivida en la mayoría de nuestras comunidades parroquiales es muy pobre porque es más asistencial que pascual. Nuestro feligreses acuden al culto más para ver y oír que para participar activamente del Misterio Pascual. A pesar del importante subsidio litúrgico que presta el Cancionero Litúrgico Nacional, el repertorio musical y de cantos litúrgicos del período posconciliar no ha conseguido uno de los objetivos prioritarios de la reforma litúrgica: llegar no solo a cantar en misa, sino, sobre todo, llegar a cantar la Misa. El hombre y la mujer de la posmodernidad y la poscristiandad es muy sensible al lenguaje musical y al canto. La Nueva Evangelización, o encuentra nueva música y nuevos cantos, o no transmitirá nada a esta y a las próximas generaciones.
– ¿Recuperar el verdadero sentido del domingo como Día del Señor ayudaría a ello?
– El domingo como el gran canto a la Resurrección del Señor solo será recuperable si la Iglesia recupera la noche y el canto. Sin recuperación de la solemne Vigilia pascual como centro del Año Litúrgico y de la vida cristiana, no tendremos asambleas pascuales que canten la Resurrección. En la celebración de la Vigilia pascual, en su lex orandi, nos encontramos con la fuente y el núcleo de la Teología cantada.
– ¿Es la Biblia nuestra mejor canción?
– Sí. Tengo la convicción de que la Sagrada Escritura ha sido escrita para ser cantada. Los textos bíblicos, al ser cantados, nos transportan a un registro divino en el que la palabra se torna bendición, alabanza, exultación, doxología, eucaristía. En este sentido, los Salmos son palabra cantada hecha alabanza, súplica, reconocimiento, lamento. Los Salmos contienen frecuentes instrucciones incluso sobre cómo deben cantarse y acompañarse de instrumentos musicales. Para orar con la Palabra de Dios, el solo pronunciar no es suficiente, se requiere la música. En la Biblia nos encontramos con la partitura divina que Dios nos propone para que todo hombre la interprete, la cante y sea feliz.
En el nº 2.795 de Vida Nueva.