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Fenomenología de la Revelación. Teología de la Biblia y hermenéutica


Una obra de Gustavo Baena (Verbo Divino, 2011). La recensión es de Josep Giménez Melià, SJ.

Fenomenología de la revelación, Gustavo Baena, Verbo Divino

Fenomenología de la Revelación. Teología de la Biblia y hermenéutica

Autor: Gustavo Baena

Editorial: Verbo Divino, 2011

Ciudad: Estella

Páginas: 1.248

JOSEP GIMÉNEZ MELIÀ, SJ | Esta Fenomenología de la Revelación. Teología de la Biblia y hermenéutica, de Gustavo Baena, es una reflexión sobre el tema de la revelación.

En la primera parte, el autor adopta un punto de vista filosófico, remitiéndose a la obra clásica de Karl Rahner, Oyente de la Palabra. Una vez presentado el método teológico rahneriano, el jesuita colombiano pasa a presentarnos dicha obra: fundamentos metafísicos de una posible revelación divina; de qué modo se da; se presenta la historia humana como lugar donde acontece tal revelación…

La segunda parte la dedica a la revelación en el AT. Dada la complejidad de los escritos veterotestamentarios y la voluntad de Baena de ofrecer detallados y rigurosos análisis exegéticos, se impone aquí una clara selección. Las tradiciones que subyacen al Pentateuco son el objeto de dicha elección. Él parte de dos tradiciones: la tradición de la tierra y la tradición del derecho exclusivo de Yahvé.

Al no poder dar cuenta de los análisis exegéticos llevados a cabo por Baena en esta parte, nos limitamos a recoger lo que escribe en la introducción general: la traumática experiencia del exilio en Babilonia (587 a.C.) supuso una particular experiencia de Yahvé. A partir de ella, se trata de profundizar en la gratuidad del actuar divino, remontándose a la alianza gratuita que Yahvé concluyó con Abraham (Gn 17).

La tercera parte, dedicada a la revelación en el NT, se divide en tres secciones. En la primera sección (“La experiencia pascual”), el autor subraya cómo el núcleo de la revelación del NT tiene lugar en el hecho de la resurrección de Jesús. Interesa comprender en qué consiste dicha experiencia a partir de las formulaciones que de ella nos han llegado, en concreto del testimonio paulino. Para Pablo, el encuentro con el Resucitado y la transmisión de este testimonio es un “evangelio”.

A partir del estudio de la experiencia del encuentro con el Resucitado, tal como la entiende Pablo, pasa Baena al estudio de la concepción de “evangelio” en 1 Tes, Gal y Flp. Tratándose, además, de un evangelio recibido de Dios, y no de los hombres, importa precisar cómo sucede esta revelación. El libro que nos ocupa estudia la experiencia paulina del Espíritu, presente en la estructura de 1 Tes, Gal, Flp y en afirmaciones centrales de su pensamiento esparcidas a lo largo de sus cartas.

Fórmulas de fe

La segunda sección (“Historia de la tradición de la experiencia pascual”) se retrotrae a la primera comunidad cristiana para ver cómo da testimonio del Resucitado y, previamente, de las razones de la muerte de Jesús de Nazaret. Ofrece el autor un análisis del sentido de las fórmulas hyper (Jesús murió por los pecadores), de las fórmulas que utilizan el lenguaje de la expiación o el lenguaje soteriológico.

En lo que concierne a las fórmulas con las que la primera comunidad cristiana expresa su fe en la resurrección, se nos ofrecen análisis de algunas fórmulas de fe que encontramos en el epistolario paulino, en las que Pablo se manifiesta como receptor de una tradición previa a él. Sobre todo 1 Cor 15, 3b-5, fórmula a la que aquí dedica todo un capítulo.

En la tercera sección (“Historia de la tradición de la pasión”), se interpretan los hechos de la pasión de Jesús en el marco de la figura del justo sufriente y exaltado por Dios. Siendo el evangelio de Marcos el más realista a la hora de presentar los hechos de la pasión de Jesús de Nazaret, analiza Baena la teología de la cruz en dicho evangelio, una vez ha mostrado las conexiones paulinas del mismo. El último capítulo de esta sección lo constituye, a su vez, un estudio sobre el comienzo del evangelio de Marcos (Mc 1, 1).

La parte cuarta de la obra también consta de dos secciones. El enfoque es de carácter hermenéutico. El texto bíblico no está allí para informarnos de épocas y acontecimientos pretéritos, sino para enriquecer nuestro vivir actual, abriéndole a nuevas perspectivas.

En la primera sección (“La hermenéutica de Bultmann”), después de presentar el “problema hermenéutico”, partiendo de Schleiermacher, aborda los principios hermenéuticos de Rudolf Bultmann, sin duda uno de los mejores exegetas y hermeneutas del Nuevo Testamento de los tiempos modernos. Y la segunda sección (“La metafísica de Karl Rahner como hermenéutica filosófica de la revelación de Dios”) retoma el pensamiento rahneriano –esta vez desde el punto de vista hermenéutico–.

Baena hace ver cómo, a diferencia de Bultmann, Rahner se ocupa de la posibilidad del hecho histórico de la revelación de Dios al hombre, por medio de una estricta filosofía, y no solo a partir de una específica comprensión de la Biblia ni de la hermenéutica de sus textos. Además, parte, no de la ontología fundamental de Heidegger (como Bultmann), sino de la metafísica del conocimiento de santo Tomás.

El esfuerzo pedagógico del autor en la exposición del pensamiento de Rahner y de Bultmann es remarcable. Además, los vastos conocimientos sobre el estado de la cuestión actual de la exégesis (tanto del AT como del NT) que muestra Baena nos permiten afirmar que este libro llega a convertirse en una reflexión sobre el hecho de la revelación divina de carácter casi enciclopédico.

Podrá parecer, finalmente, desigual el tipo de tratamiento que da de la revelación, es decir, nos encontramos con un tratamiento filosófico o de teología fundamental (en la primera y en la cuarta parte de la obra), y un tratamiento de exégesis altamente especializada (en la tercera y cuarta parte). Tal disyuntiva, sin embargo, queda aclarada por el hecho de que, en lugares claves y estratégicos de estas páginas, no deja el autor de ofrecer los necesarios puntos de empalme entre ambas aproximaciones a la revelación.

En el nº 2.799 de Vida Nueva.

Actualizado
03/05/2012 | 16:41
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