Un libro de José Carlos Rodríguez Soto (Editorial Mundo Negro, 2012). La recensión es de José Lorenzo
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Más allá del asfalto. Seis viajes por África
Autor: José Carlos Rodríguez Soto
Editorial: Editorial Mundo Negro, 2012
Ciudad: Madrid
Páginas: 263
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JOSÉ LORENZO | ¿Se puede haber estado en África sin haber puesto un pie en ella? Por supuesto; la imaginación, afortunadamente, aún no sabe de recortes. Pero también se puede haber pisado África sin haber estado realmente en ella. Es la fiebre que acecha al turista accidental de nuestro tiempo, aquel que llega a los lugares para coleccionar sensaciones y exhibir sellos exóticos en las hojas del pasaporte, pero a quien los lugares no le calan.
Uno puede llegar a Nairobi y, sin salir del aeropuerto, subir a una avioneta rumbo a uno de sus fantásticos parques naturales para alojarse en un logde de lujo, de donde saldrá, sin pisar casi la tierra, a hacer safaris fotográficos a bordo de un todoterreno lleno de japoneses. Cuando haga la operación inversa y despegue nuevamente desde Nairobi de regreso a su casa, ¿puede decirse que ha estado en Kenia? Sí, pero…
Hay otra forma de viajar que no pone tanto su objetivo en el destino final como en el hecho del viaje en sí mismo. Esto es lo que se recoge en las páginas de este libro, fruto de las anotaciones del autor en los numerosos viajes que, siempre al servicio de una buena causa, ha hecho por África.
No estamos ante el libro de un viajero profesional al uso, de esos que organizan minuciosamente recorridos y estancias, y que difícilmente se salen del camino trillado de las guías turísticas más convencionales, sino ante las impresiones que los viajes realizados han ido dejando en el alma de quien estaba siempre de paso, pero con el tiempo suficiente (virtud que se aprende en aquel continente) para escuchar, compartir y vivir la misma vida de quienes le salen por casualidad al encuentro.
Predisposición
Para esto, es verdad, hace falta una predisposición natural que no va de serie en ningún kit de primeros auxilios con los que los turistas accidentales suelen emprender los viajes hacia estas últimas fronteras. Por eso el autor reconoce su empatía con aquellos para quienes la vida es una dura carga. No en vano, en su mirada pesan dos décadas en África como misionero.
Esa experiencia le sirve para, a lo largo de los seis viajes que narra (Sudán del Sur, Burundi, Ruanda, República Democrática del Congo, Eritrea o los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia), descubrirnos paisajes hasta hacernos sentir el polvo ocre de los caminos o estremecernos con la belleza de selvas y montañas.
Pero también, y sobre todo, para condolernos con unas vidas marcadas por nacer en latitudes equivocadas y admirarnos con la gratuidad de quienes no tienen nada más que ofrecernos que lo mejor de sí mismos.
En el nº 2.811 de Vida Nueva.
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