JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | La muerte del cardenal Martini ha traído a la información un modelo de servir a la Iglesia desde la púrpura. Hace poco, el que fuera sucesor de san Ambrosio en Milán, mantenía una larga conversación con el Papa, como si se tratara de una despedida. Intuyo que, pese a su enfermedad, el cardenal y el Papa hablaron claro, largo y tendido.
La fuerza de Martini estaba en la Palabra con mayúscula. A ella consagró su vida y ministerio. En ella se refugió en Jerusalén tras su jubilación y con ella nos enseñó a convocar a los jóvenes en el Duomo milanés en estos tiempos en los que no sabemos qué hacer para que acudan a las iglesias.
Me quedo con su palabra clara, profética, profunda, tierna y llena de sentido. Una palabra que fue eco de la Palabra y que los lectores de habla hispana pudieron degustar en esta casa, en PPC, que apostó con clarividencia por su publicación en un servicio eclesial importante, haciendo un bien inmenso.
director.vidanueva@ppc-editorial.com
- LA CRÓNICA DEL DIRECTOR: Alentar a quienes trabajan por los pobres, por Juan Rubio
En el nº 2.814 de Vida Nueva.
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