Los obispos franceses no discuten la contribución de “las nuevas realidades eclesiales” a la evangelización. Pero les ponen algunos peros. En un país en donde un arzobispo tuvo que justificar en una entrevista por qué había puesto al frente de una parroquia a un miembro del Opus Dei, estas cuestiones les ocupan y preocupan. Por ello, se acaban de presentar en la colección Documentos de la Conferencia Episcopal de Francia las reflexiones de uno de sus obispos en donde pide a estas nuevas realidades superar varios “déficits importantes”: cuidar lo sacramentos y no instrumentalizar la eucaristía de tal forma que se convierta en una especie de rito de ese carisma o una autocelebración emocional; vivir la misión de la Iglesia sin automarginarse ni funcionar por sí solos; o integrarse en las estructuras diocesanas y no actuar como parroquias paralelas.
En el nº 2.644 de Vida Nueva.