¿Iluminando o embistiendo?


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José Lorenzo, redactor jefe de Vida NuevaJOSÉ LORENZO | Redactor jefe de Vida Nueva

“En ocasiones, parece que se adelanta solo para embestir, sobre todo cuando la sexualidad anda de por medio. El que seamos muy criticados no nos asegura la razón…”.

Ante la parálisis de las instituciones, la ciudadanía se moviliza, y no solo por cuestiones económicas. Ahora, las demandas a pie de calle tienen que ver también con el respeto y salvaguarda de derechos básicos con los que algunos juegan a su antojo.

La India de las castas se despierta ante un hecho que hasta ahora se resolvía con un apaño lejos de los tribunales: la indignación popular ha electrizado al país ante el caso de una joven salvajemente violada y torturada hasta la muerte por unos bárbaros. Serán juzgados, lo cual no debiera sorprender, pero en este siglo XXI aún hay muchas cosas del primer milenio.

Incluso en los Estados Unidos, en donde otra movilización social conseguirá igualmente que unos niñatos de un equipo de rugby, el orgullo local, se sienten en un banquillo por otra violación de la que después alardearon en las redes sociales.

Estas reacciones sociales no buscan tomarse la justicia por su mano; solo pretenden que la justicia no mire para otro lado. Y esto pasa a menudo. También entre otros. ¿Cómo interpelan estas cuestiones a la Iglesia?

Aquí, entre nosotros, escuchamos continuamente críticas a la ideología de género que suponen una descalificación no siempre bien fundamentada a pensamientos feministas, pero en escasas ocasiones oímos algo en contra de esa ideología de género machista que todos los años deja decenas de mujeres asesinadas por alguien de cuya mentalidad no hemos sido capaces aún de desterrar esquemas de dominio y superioridad, en parte inculcados desde los púlpitos.

Acaba de decir el Papa que el obispo tiene que ir por delante para iluminar el camino; sin embargo, en ocasiones, parece que se adelanta solo para embestir, sobre todo cuando la sexualidad anda de por medio. No vale el argumento de que la cultura imperante desprecia todo lo que viene de la Iglesia. El que seamos muy criticados no nos asegura la razón. Recuerden el caso del arzobispo Williamson, por citar uno sonado.

En esta Epifanía, el Papa les ha pedido a los obispos que no teman mostrar sus opiniones, aunque no gusten, a la “inteligencia dominante”. Pero les ha añadido algo que muchos pasan por alto: lo que hay que buscar es convencer, no provocar.

En el nº 2.831 de Vida Nueva.