Dialogar en la caridad y en la verdad

papa Benedicto XVI y Rowan Williams
papa Benedicto XVI y Rowan Williams antiguo arzobispo de Canterbury

Benedicto XVI y Rowan Williams

LUCÍA RAMÓN CARBONELL, Facultad de Teología de Valencia | Desde el mismo inicio, y en sus primeras declaraciones públicas, Benedicto XVI manifestó que el ecumenismo iba a ser una prioridad en su pontificado, por sensibilidad personal y en fidelidad a su misión como Obispo de Roma.

En continuidad con sus predecesores desde Juan XXIII, y a pesar de las inevitables disensiones –e incluso polémicas–, tanto en el ámbito ecuménico como en el interreligioso, el Papa ha reafirmado que, en fidelidad al Concilio Vaticano II, el compromiso de la Iglesia católica en estos ámbitos es irreversible.

Benedicto XVI ha mostrado en sus encuentros, viajes y textos, de forma reiterada y a menudo discreta, pero elocuente, que el ecumenismo no es simplemente una actividad entre otras, sino una dimensión de la vida de la Iglesia. Esta toma de conciencia que el Espíritu suscitó en el Concilio Vaticano II sigue siendo hoy una promesa y una llamada, un don y una tarea ineludible, un deber sagrado para una Iglesia fiel a Jesucristo que quiera proclamar el Evangelio de forma creíble y coherente a nuestros contemporáneos.

En continuidad con sus predecesores,
y a pesar de las inevitables disensiones,
el Papa ha reafirmado que, en fidelidad al Concilio Vaticano II,
el compromiso de la Iglesia católica
en estos ámbitos es irreversible.

Es precisamente este énfasis del fundamento y del referente cristológico del ecumenismo una de las características principales de su visión ecuménica.

Otro aspecto destacable ha sido su insistencia en que la unidad no puede lograrse nunca a costa de la verdad. La unidad querida por Cristo brota de la búsqueda conjunta y sincera de la verdad, de la fidelidad a su Evangelio y del ejercicio de la caridad entre los hermanos y hermanas de las diferentes confesiones. Todo ello debe traducirse en una conversión profunda, personal e institucional, y en gestos concretos y valientes.

Entre los retos que recientemente ha señalado el Papa, están las nuevas interpretaciones antropológicas y éticas, el testimonio común del valor de la fe, la dignidad y la vida humana en una sociedad materialista y profundamente secularizada, la formación ecuménica de las nuevas generaciones, la fragmentación del espacio ecuménico y la importancia de seguir profundizando con rigor en el patrimonio teológico, litúrgico y espiritual común, al mismo tiempo que ensayamos fórmulas para reconocer e integrar la diversidad en la comunión de la Iglesia.

Benedicto XVI ha mostrado cómo podemos reconocer nuestras diferencias con honestidad y lucidez y seguir comprometidos en la tarea ecuménica con tesón, creatividad y esperanza, sabiendo que la primacía y la iniciativa la tiene Dios, y abandonados confiadamente a su misericordia.

En el nº 2.838 de Vida Nueva.

NÚMERO ESPECIAL VIDA NUEVA: BALANCE DE UN PONTIFICADO

ESPECIAL WEB: BENEDICTO XVI RENUNCIA

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