El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) confirmaba en diciembre lo que se viene apuntando desde hace ya algún tiempo: España sigue confesándose mayoritariamente católica (hasta un 92% de los votantes del PP y un 78% de los del PSOE). Otra cosa bien distinta es la práctica religiosa, pues sólo un 25% de los populares y un 10% de los socialistas acuden a la misa dominical. Según la encuesta del CIS, por tanto, ocho de cada diez españoles se consideran católicos, y uno de cada diez se declara no creyente. Del resto, un 7% se dice ateo y el 2% creyente de otra religión. Las cifras no animan, pero a nadie. Mucho menos, desde luego, a ese colectivo descreído, que bien podría caber en unos pocos autobuses.
En el nº 2.645 de Vida Nueva.
