LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN. CÓRDOBA | En su número 2.845 se publica un extenso informe titulado en portada “El reto de la espiritualidad sin Dios”. Es interesante y actual, pero me permito una puntualización.
Desde mi punto de vista, un reto es la espiritualidad sin Dios (como suele suceder en las espiritualidades de tradición budista) y otro es la espiritualidad de la New Age. En el informe se confunden ambas. Pienso que el reto más fuerte hoy es el de la New Age, pues vacía de contenido personal a Dios, que se convierte en un fluido difuso.
La consecuencia es una religiosidad despegada de la realidad y que no asume que el cambio personal está vinculado con la justicia global. El dios impersonal de la New Age hace imposible asumir el rostro personal y sufriente del ser humano y el compromiso humanizador.
En el nº 2.847 de Vida Nueva.
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