JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Andan los prelados españoles hablando de a quién elegirán como secretario general de la Conferencia Episcopal. Bien es verdad que algunos con estrategia y otros con menos ahínco. Unos miran a la periferia urbana y otros a ciudades no lejanas y diócesis pequeñas.
Hay quienes miran a sacerdotes ejemplares, no sé por qué, quizás por llenar iglesias, y otros mirando a obispos auxiliares, consagrados para ello.
Lo que hace falta es el perfil que ayude a recuperar en la sede de Añastro un aire de confianza, de menos sospecha, de más taller de hermanos. Un perfil que no tiene por qué coincidir con el de portavoz y que sepa llevar a cabo los acuerdos sin protagonismo alguno, capaz de ayudar al consenso y de trazar relaciones con el exterior. Un secretario que tenga línea abierta con todos los obispos y las comisiones.
No ha de ser un secretario del presidente de turno, sino del colectivo entero. Y los hay. Claro que los hay. Ha empezado la búsqueda y habrá que afinar.
No desprecien a los recién llegados. Yo apunto un nombre con asiento en Tarazona, religioso y con experiencia. Y para portavoz, una mujer sonriente, con las ideas claras, que no levante fisuras. Solo hay que mirar.
director.vidanueva@ppc-editorial.com
- LA CRÓNICA DEL DIRECTOR: Pentecostés: el lenguaje va más allá de las palabras
En el nº 2.848 de Vida Nueva.