“Yes, we can”, un grito de ilusión

(Juan Rubio– Director de Vida Nueva)

Un grito de futuro se escuchó en la campaña electoral americana: Yes, we can. Podemos hacer realidad el sueño. En el corazón del Imperio el nombre de Obama quedó asociado al de ilusión, esfuerzo compartido, mirada al mañana. Confabulación de fuerzas para alentar a un pueblo muy harto ya del lenguaje bélico. Urge devolver la ilusión a quienes, zaheridos por el terrorismo, sufren la lacra de la crisis económica. Un Yes, we can que sonó con fuerza y sonrisa en el planeta. A mí me vino a la mente el Possumus de los Zebedeos camino de Jerusalén cuando el Maestro les preguntó si eran capaces de compartir su aventura. Yes, we can, dijeron. Possumus fue su respuesta enérgica. Hay algo de mesiánico en el perfil de Obama, algo de profeta de ilusión. Con esfuerzo se construyen las cosas grandes. Está claro que podemos soñar. Obama es el cumplimiento del sueño de Luther King. Tengo afición a un escritor madrileño, Andrés Ibáñez. Tiene un territorio onírico que cada día me gusta más, “la pradera”, lo que está por venir y nos hace felices. En sus cuentos El perfume del cardamomo subyace esta reivindicación. Soñar con la pradera es estar allí ya. No es un opio, ni una adormidera, ni la construcción que hace la mente humana de un más allá. Lo más importante es levantar la ilusión en medio de un discurso vacío, agorero de calamidades, que condena el lado oscuro y es incapaz de sacar brillo al lado positivo. A la Iglesia le viene bien esta aldabonazo. Tenemos más razones que nadie para gritar: Yes, we can. Tenemos una inmensa pradera con la que soñar ya en la tierra. No nos cansaremos de decirlo. Possumus. Ser felices en el camino. Todo es más fácil así.

Publicado en el nº 2.636 de Vida Nueva (del 15 al 21 de noviembre de 2008).

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