(Mikel Mendinueta Flores– Arbizu, Navarra) Con la victoria electoral en El Salvador del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, se puede decir que monseñor Romero ha resucitado. Como él dijo: “Lo digo sin la menor jactancia, si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño”. El futuro dirá de la política del Frente, pero Romero nunca votaría a Arena (partido de extrema derecha), donde, sin duda, se encuentra su asesino.
También es de relevancia que monseñor Fernando Sanz Lacalle ha puesto su cargo a disposición del Papa al cumplir los 75 años, que han nombrado un arzobispo progresista y que el auxiliar es un admirador de Romero: Rosa Chávez. Así que todo apunta a que ‘san Romero de América’, en expresión de Casaldáliga, subirá a la gloria de Bernini.
En el nº 2.655 de Vida Nueva.