¿Dónde están los pastoralistas?

(Lorenzo Arbeloa– Río de Janeiro, Brasil) Quiero felicitar efusivamente a la revista por el nº 2.627, en el que se incluyen dos posturas y visiones diferentes: “Actos oficiales que humillan y faltan al respeto”, de Pedro Tarquis, con sugerencias de diferentes formas para celebrar cultos oficiales de funerales en un Estado aconfesional. Y otra posición de Rafael Ortega Benito, “La Iglesia católica, en su sitio”.

Mucho podríamos comentar sobre las dos posturas en un tema tan práctico y sensible, pero éste no es mi propósito ahora. Sólo daré mi visión práctica del asunto, fruto de mi experiencia, 37 años, de Pastor en una nación mayoritariamente católica, Brasil.

La salvación es realización total y gratuita (Rm 3,24). Pasada la “noche en una mala posada” y comenzado el día eterno, todos seremos iguales sin privilegios ni carencias, sin envidias ni vanidades personales, todos reconocidos en nuestra dignidad de hijos de Dios. 

Mientras esa pascua no nos llega, al hacer los funerales deberíamos ‘ante-gozar’ de algo de esta igualdad y victoria familiar que esperamos. 

Los católicos podemos y debemos rezar por todas las víctimas de la tragedia de Barajas sin discriminación de credos, y lo haremos, en particular, en nuestra casa, la catedral de Madrid. Pero tratándose de una celebración oficial de todos los familiares y amigos de las 154 víctimas,  pertenecientes a diferentes confesiones religiosas o agnósticos, se debe pensar en un culto ecuménico con representaciones de las diversas religiones a que las víctimas pertenecían y en un lugar neutral. 

¡Qué bella oportunidad de un gesto concreto de ecumenismo y diálogo religioso se perdería si así no se hiciese! Recordar que en el día de la tragedia sólo estábamos “nosotros”, que “en Barajas, no hubo ninguna representación de pastores evangélicos, ni de otras religiones, como la musulmana, la judía o budista” me parece falta de acogida, de sensibilidad y respeto por las otras religiones. Tampoco me parece muy “católico” el insistir en que, “hoy por hoy, la pantalla en España sigue siendo católica”. Con esta media verdad, damos una bofetada al pluralismo religioso, real en la España de hoy, y [muestra] un desconocimiento total del ecumenismo y diálogo interreligioso propuestos por el Concilio Vaticano II.

Si Dios se manifiesta a todos los hombres (Sb 13,1-13; Rm 1,19-23), estoy con una de las alternativas de Tarquis: la celebración civil con la participación de los representantes del Estado y de las diversas religiones a que pertenecían las víctimas. El número cuantitativo no puede ser motivo para herir la sensibilidad de la conciencia de la minoría.  

A estas alturas me pregunto: ¿dónde están los pastoralistas católicos para aprovechar este momento privilegiado de fraternidad y ecumenismo?

En el nº 2.631 de Vida Nueva.

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