“De dioses y hombres”

(Inés Robledo Aguirre. Málaga) Me ha llenado de admiración la película titulada De dioses y hombres. Merece la pena verla porque consigue transmitir un mensaje conciliador y, a la vez, reflexionar sobre cosas de este mundo que nos ha tocado vivir. Premiado por el Jurado del Festival de Cannes en el 2010 y representando a Francia para los próximos Oscar, es una obra maestra, conmovedora, que nos puede servir para no dormirnos en los laureles, para no conformarnos con todo “aquello que nos echan”.

Quizás no sea apta para personas que no sienten que el alma está para hacerla fructificar. O no saben lo que el amor y la belleza que esta película refleja nos lleva a saborearla, aceptando su finura sin límite. De esta película, se consigue salir con el convencimiento de que el sacrificio, aceptándolo con la propia lucha, todavía tiene valor en estos tiempos; son conclusiones positivas que a veces se quieren olvidar.

Ayuda a saber vencer los obstáculos, que nos privan de la luz y fortalecer la vocación aceptada en su día y que no se resquebraja, porque la lucha vence la debilidad, la tentación y el miedo.

En la fortaleza de estos monjes -hombres al fin y al cabo- queda claro que la heroicidad es moneda que muchos aceptan convencidos de que vale la pena.

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En el nº 2.743 de Vida Nueva.

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