JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ OLAIZOLA, jesuita y sociólogo | Me gusta que haya inquietud, movilización, protesta. Comparto la necesidad de regeneración democrática: afinar las reglas, abrir las listas, arbitrar mecanismos de separación de poderes, combatir las corruptelas. Se ha conseguido que la gente hable de política.
No estoy seguro acerca de la conveniencia de estas fechas. Por una parte, precisamente en campaña es cuando más duele, y por eso tiene más efecto, y eso está bien. Por otra parte, la sospecha de manipulaciones varias es, a estas alturas, inevitable.
No me gusta, o al menos me inquieta, la escora hacia unas u otras ideologías; el intento de algunos políticos de seducir, apropiarse y utilizar el discurso de las protestas como si no fuera contra ellos y solo contra otros; la falta de autocrítica en las reflexiones; la mezcolanza de demandas de diverso cuño, que terminan diluyendo los discursos.
Pediría. A quienes se indignan, que cuando vuelvan a casa sigan formándose, leyendo, reflexionando, en la soledad de una habitación y en la aridez de los libros, para que su opinión sea suya, y su criterio sea sólido en un mundo de eslóganes etéreos.
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