Sin ningún acto oficial a nivel internacional, el 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos ha sido actualidad gracias a concentraciones, homenajes y otras acciones de instituciones y particulares (en la imagen, protesta de un grupo de indonesios pobres en Yakarta) que han manifestado que está muy bien lo logrado, pero que queda al menos otro tanto por hacer. El día 10, el Vaticano acogía un acto de reflexión y estudio y el dicasterio ‘Justicia y Paz’ entregaba los premios Cardenal Van Thuan a personas e instituciones destacadas en solidaridad y doctrina social. A nadie conviene que la Iglesia se quede fuera en este empeño. En esta tarea sí es urgente la presencia pública y comprometida de los cristianos, como lobby que azuce la conciencia de la comunidad internacional.
En el nº 2.640 de Vida Nueva.