A propósito del Pliego ‘Cristiano y Mundo’

(Eloy Parra Abad– Madrid) En referencia al Pliego publicado en el número 2.629 de Vida Nueva que firma el sacerdote y escritor J. P. Manglano, deseo manifestar mi satisfacción al comprobar que la revista está, efectivamente, abierta a todos, lo que en estos tiempos constituye una noticia reseñable, pues el pluralismo no goza de buena salud en la Iglesia, como bien sabemos. ¡Que cunda el ejemplo!

Por otra parte, el Pliego presenta una interesante y bien articulada síntesis de la espiritualidad del Opus Dei e, incluso, refleja el contexto sociológico del mismo a través de los ejemplos con los que se ilustra. Destaca, como carisma específico de la Obra, el valor salvífico que puede alcanzar el trabajo.

Mis observaciones al texto citado, son las siguientes:

– Habría sido oportuno incluir en el apartado “Una espiritualidad laical” una referencia a la Teología de la Liberación, pues sin ella no resulta fácil entender la relación “Cristiano-Mundo” para una buena parte de los fieles, clérigos y laicos.

– La expresión “amar al mundo apasionadamente”, entiendo que debería haberse acompañado de una explicación, por breve que fuera, de qué se entiende por Mundo, pues el mismo presenta facetas nada amables. Concretamente Jesús, cuando se refiere al Mundo está pensando sin duda en otra cosa, por lo que sería muy conveniente evitar el desconcierto que esta expresión puede provocar en los no iniciados. Personalmente, y para explicar la relación con el Mundo, prefiero la expresión “fuera del Mundo no hay salvación” citando a Carlos F. Barberá (también, sacerdote y escritor) en el sentido de que “no hay salvación que se dé en un espacio esotérico o únicamente en la interioridad de la persona”.

– A mi juicio, falta una referencia explícita al servicio gratuito que debemos a los prójimos que yacen apaleados en los caminos del Mundo. Probablemente el levita y el sacerdote que evitaron encontrarse con el apaleado de la parábola eran unos honrados profesionales (como también lo era el samaritano), pero eso no bastaba para hacer la voluntad del Padre y acercar el Reino a la Historia, como propone acertadamente Manglano.

Reitero mi opinión sobre el acierto que supone poner al alcance de los lectores de Vida Nueva las aportaciones de las distintas espiritualidades presentes en la Iglesia.

En el nº 2.634 de Vida Nueva.

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