África llora cada año la muerte de cinco millones de niños

El último informe anual de UNICEF revela, no obstante, un descenso de la mortalidad en el continente

(José Carlos Rodríguez) Un niño que nazca en Sierra Leona o en Angola tiene un 27% de posibilidades de morir antes de cumplir los cinco años. Estos dos países, que tienen las tasas de mortalidad infantil más elevadas del mundo (270 muertes por cada 1.000 bebés nacidos vivos), están en Africa, continente donde mueren cinco millones de niños al año (unos 14.000 al día), lo que supone la mitad de las muertes infantiles del mundo, a pesar de que los nacimientos en África representan sólo el 22% del total mundial.

Así de contundentes son las cifras hechas públicas por UNICEF el pasado 16 de junio en su informe anual sobre el estado de la infancia en África. Y lo peor del caso es que las causas de que se trunquen estas vidas tempranas son enfermedades curables hoy en día como la malaria, las enfermedades transmitidas por el agua no potable, las diarreas y la desnutrición alimentaria.

Cinco millones de niños muertos al año son demasiados, los suficientes para hacer a muchos dudar de que los objetivos del milenio marcados por Naciones Unidas se cumplirán antes del año 2015. Para que esto llegara a ser una realidad, tendría que haber un descenso anual de mortalidad infantil en África del 10% durante los próximos ocho años. Sin embargo, aunque estamos aún muy lejos de llegar a esta meta, si comparamos estos datos con informes anteriores, hay razones para ser algo más optimistas. Una de las buenas noticias es la disminución del 14%, entre 1990 y 2006, en muertes infantiles en los países de África subsahariana. Entre los lugares donde se han rea-

lizado progresos más relevantes figuran Etiopía, Eritrea, Malawi y Mozambique, donde la mortalidad se ha reducido en un 40% desde 1990. Medidas simples, como la distribución de mosquiteras tratadas con insecticida, la perforación de pozos y la educación sanitaria de madres que acuden a consultas antenatales en ambulatorios y hospitales, consiguen estos resultados. Muchas otras muertes de niños se evitan hoy en África gracias a los tratamientos que impiden la transmisión del virus del VIH, causante del SIDA, de las madres gestante a sus bebés. También ha aumentado el acceso a la medicación anti-retroviral para los menores de 15 años en los países del Este y del Sur del continente africano.

Vacunación

Tampoco se puede olvidar que enfermedades como el sarampión y la polio han desaparecido casi por completo de países donde antes eran endémicas. Un ejemplo reciente lo tenemos en Burkina Faso, donde el pasado 17 de junio finalizó una campaña de vacunaciones de polio que inmunizó a 800.000 niños en la remota región fronteriza entre este país y su vecino Níger. El ejercicio, en el que participaron UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS), costó 700.000 dólares y contó con la participación de 5.000 voluntarios. Por desgracia, este tipo de noticias positivas sobre África no suelen aparecer en nuestros medios de comunicación españoles.

Y a veces, ni siquiera las negativas. UNICEF lleva dos meses advirtiendo de la hambruna crónica que vuelve a padecer Etiopía, donde la sequía en las zonas del Este del país ha puesto en situación de peligro de desnutrición aguda a seis millones de niños. Según UNICEF, 120.000 están ya en situación de emergencia médica, un dato que el gobierno etíope se ha apresurado a calificar de “exageración”. Naciones Unidas respondió que el malentendido había sido causado por algunos términos empleados. Terminologías más o menos acertadas aparte, lo cierto es que, aunque el estado de la infancia en África ha mejorado durante los últimos años, aún son muchas las madres para las que ver morir, al menos, a dos de sus siete u ocho hijos, es una triste parte de su vida normal. Quizás por eso siguen queriendo tener tantos.

AUMENTA EN EL MUNDO EL NÚMERO DE REFUGIADOS

El mismo día en que UNICEF publicaba su informe, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ofrecía sus datos más actualizados: en el mundo hay hoy 11,4 millones de refugiados que se han visto obligados a abandonar sus países de origen, y 26 millones de desplazados internos. En total: 37,4 millones de personas, la cifra más alta jamás registrada por ACNUR, cuyas estadísticas registraron una disminución en el número de refugiados de 2001 a 2005. Ahora vuelven a aumentar, y la mayoría de ellos sigue estando en África, continente en el que la mitad de quienes viven lejos de sus hogares debido a conflictos, hambrunas o cambios climáticos son niños.

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