(Germán García Ferreras– Palencia) Un aplauso fuerte y prolongado se merece el obispo de Mondoñedo-Ferrol, monseñor Manuel Sánchez Monge, palentino para más señas y nacido en Fuentes de Nava. Ha tenido una idea muy feliz y profundamente cristiana: proponer a las cofradías de Semana Santa suprimir las flores en sus pasos procesionales y destinar el dinero para ayudar a la familias más necesitadas. Muy bien por las cofradías que han sabido seguir el consejo del prelado.
Creo que debiera hacerse lo mismo en las bodas y funerales. No es cuestión de suprimir todo ornamento de flores, pero sí evitar ese gasto tan suntuoso en coronas y ramos. Por cierto, sobre esta suntuosidad floral ya ha escrito en las páginas de Vida Nueva Carmelo Erdozáin, desde Pamplona. Estoy totalmente de acuerdo con aquella carta que ustedes publicaron en esta sección.
También hay que aplaudir a los obispos de Cádiz y Ceuta, Segovia, Pamplona-Tudela, y Coria-Cáceres. Sus nombres son: Antonio Ceballos, Atilano Rodríguez, Ángel Rubio, Francisco Pérez y Francisco Cerro Chávez. Todos ellos han hecho donación del 10% de su sueldo para ayuda de las familias necesitadas.
En el nº 2.658 de Vida Nueva.