Arrodillarse

pablo-dors(Pablo d’Ors– Sacerdote y escritor)

“¡Si los cristianos supieran del inmenso bien espiritual que proporciona ponerse de rodillas! Ésta es para mí la mejor postura para rezar por la sencilla razón de que no se asume para ninguna otra actividad”

Me resulta conmovedor que los hombres hayan sentido la necesidad de diseñar y construir un mueble en el que lo específico o propio sea abrir el corazón. En realidad, todos los objetos religiosos me conmueven y ayudan (no sólo los confesionarios): los reclinatorios, el cirio, el incensario, las campanillas… ¡Ojalá tuviéramos más imaginación para crear mayor número de objetos para el culto o la devoción!

¡Si los cristianos supieran del inmenso bien espiritual que proporciona ponerse de rodillas! Ésta es para mí la mejor postura para rezar por la sencilla razón de que no se asume para ninguna otra actividad. Sentado escribo y leo, de forma que no es difícil que, cuando me siento para rezar, mi oración se deslice inadvertidamente hacia el trabajo o la lectura. Postrado duermo, de manera que tampoco es difícil que cuando me postro para orar termine por conciliar el sueño. Cuando me arrodillo, en cambio, mi cuerpo le dice a mi espíritu que es para rezar. 

He llegado a pensar que la propia postura, sin nada más, tiene ya para el alma un efecto saludable. Y que el propio Dios se arrodilla cuando nace en Belén, sin retener para sí, ávidamente, su condición de Dios. Que Dios se arrodilla cuando lava los pies a sus discípulos, poco antes de su entrega definitiva. Que Dios se arrodilla, en fin, cuando pocos minutos antes de expirar cae bajo el peso de la cruz. Siempre que me he arrodillado, siempre que he descendido, no me he equivocado. Las mejores decisiones de mi vida las tomé de rodillas. De rodillas siempre se encuentra uno a Dios porque la perspectiva de Dios es la de abajo.

En el nº 2.667 de Vida Nueva.

Compartir