Buena compañía para el camino

Buena compañía para el camino

J M Arnaiz(José María Arnaiz- Consultor de PPC para América Latina, marianista)

“Con responsabilidad de conductor ha recordado a los cristianos, peregrinos de este mundo, las señales del tráfico de la vida cristiana. La vida de las personas y los grupos es como un gran libro en el que aparecen estas señales”

Vida Nueva (VN) sigue viva y cumpliendo años porque cree que el Reino de Dios también se asemeja a las letras de imprenta y a las fotos que un día se juntan, entrelazan y articulan y dicen la verdad, el bien y la belleza. VN está viva y vida contagia.

carreteraNo hay duda de que si echamos una mirada profunda a esta historia de 50 años constatamos que VN ha ido abriendo horizontes, ha caminado por delante de las personas y los grupos, ha despertado a la aurora y hecho soñar grande. Pero también ha acompañado en esa andadura; no ha dejado solas a las personas. Con responsabilidad de conductor ha recordado a los cristianos, peregrinos de este mundo, las señales del tráfico de la vida cristiana. La vida de las personas y los grupos es como un gran libro en el que aparecen estas señales. Ha ayudado a delinear la pedagogía práctica para la revitalización postconciliar. VN ha recordado a la Iglesia estas señales y le ha ayudado a caminar fuera de peligro y en la buena dirección.

  • Stop”. Hace bien el “pare” en este momento en la ruta que está haciendo la Iglesia y la sociedad. Seguir adelante sin prestar atención a la presente situación es signo de irresponsabilidad. Antes de repartir y actuar es preciso detenerse, mirar en torno, reflexionar, escuchar. Si no se observa esta señal, se corre serio riesgo de accidente e, incluso, de posible muerte. VN ha sido un mirar la realidad cristiana y social con calma y profundad. 
  • “Prohibido el paso”. Está claro que por algunos caminos no se debe ir. VN ha ido descubriendo y mostrando la realidad de determinados caminos prohibidos para los cristianos. La historia nos recuerda que no debemos entrar por las rutas de lo grandioso y ostentoso, ni por las de la ambigüedad o la indiferencia, o por las del pensamiento débil o la falta de compasión. Tampoco se debe entrar por el de la mediocridad.
  • “Luz verde”. Hay momentos y lugares que piden partir y hay que estar listos para ello. La inmovilidad paraliza. Hay cristianos que estaban esperando la luz verde y la dirección indicada para seguir adelante. VN ha dado el vamos en temas y acciones que llevan a la vida fecunda. 
  • “Virar a la derecha, virar a la izquierda”. Contemplando la situación actual de la Iglesia, se debe afirmar que no se puede seguir por la misma ruta o en la misma dirección. Se tiene que optar por un camino diferente. Aquí está todo el peso del discernimiento en el cual ha ayudado a entrar tantas veces VN para saber el rumbo a tomar en la Iglesia. 
  • “Desvío por obras”. Es una señal frecuente en el tráfico. En las carretera hay arreglos y se precisa desviar la ruta. Esta señal se encuentra en la Iglesia ahí donde se están haciendo transformaciones para mejorar la marcha y la misma vida cristiana. Hace bien. Esas transformaciones sirven para evitar accidentes. Hoy hay transformaciones en el mundo de la fe. Esto no puede faltar en el comienzo de un nuevo milenio. VN ha tratado de desviar hacia lo nuevo.
  • “Dirección obligada”. Es la dirección que, obligatoriamente, hay que seguir. Cada vez estamos tomando más conciencia de que en la Iglesia hay una dirección obligada. No se puede girar en torno. Es preciso tomar una dirección y salir de la encrucijada. Tomar la dirección obligada es indispensable. Los criterios con los que VN ha llevado a la buena dirección son dos: fidelidad y creatividad. Hay conductores que van contra el tráfico, por direcciones prohibidas, por caminos difíciles. Hay quienes se detienen y dan marcha atrás o vuelven a donde partieron. Contra ellos VN ha alertado. Esta pequeña anécdota nos ayuda a entender lo importante que es tomar una dirección: “En una ocasión, un hombre galopaba a toda velocidad por el campo en su caballo. Un agricultor que lo ve pasar le grita preocupado: – ¿A dónde vas? El jinete le gritó: – No lo sé. Pregúntaselo a mi caballo”. 
  • “Ceder el paso”. Es importante que los cristianos y los sacerdotes aprendamos a  ceder el paso y no creerse los mejores y los que siempre abren camino. Hay que aprender a “llegar a tiempo y bien acompañados y no los primeros y solos” (Machado). VN ha motivado a los sacerdotes o religiosos a ceder el paso a los laicos, a los jóvenes y a los pobres y, en el caso de los hombres, a las mujeres. 
  • “90 Km. /h”. Se trata de la velocidad. Ésta depende de muchas cosas; entre otras, de lo que permita el vehículo, el tráfico y el estado de la carretera. VN ha señalado la velocidad a tomar para no llegar demasiado tarde. No ha olvidado el sabio el dicho: chi va piano va lontano e arriva sano
  • Meta “Madrid 18 Km.”. Así son los carteles que indican el lugar de llegada y los kilómetros que faltan. Para VN, la meta está en el lugar llamado: creyentes fieles, fecundos y felices. ¿Cuántos kilómetros faltan para la meta? Es oportuno saber de distancias. La meta es siempre un de- safío, pero ver la indicación de la misma tranquiliza mucho. Es peligroso no tener meta. Esto les ocurre a los que no escuchan al Espíritu. VN ha recomendado que, en algunos casos, tendría que darse una mutación genética o, al menos, una transfusión de sangre nueva en muchos creyentes para que lleguen a la meta sanos y salvos a donde lo humano es frágil y se busca Evangelio sin glosa.  

Así ha acompañado VN el caminar de los creyentes en estos 50 años. Brindamos para que siga ayudando a la Iglesia a ganar la buena carrera y librar el buen combate.

En el nº 2.652 de Vida Nueva (especial 50 aniversario).

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