Cajasur, ante todo, las formas

(Juan Rubio– Director de Vida Nueva)

Recreo una escena barroca en Sevilla. ¡La forma, la forma! Acaba de tomar posesión el nuevo Arzobispo Coadjutor, Juan José Asenjo. El entonces vicepresidente de la Junta de Andalucía, hoy presidente, José Antonio Griñán, corre a besar el anillo pastoral sin quitar el ojo al cardenal ¡La forma, la forma! Dos hombres y un destino: Cajasur, sueño y pesadilla, y Amigo viéndolas venir, llegar y pasar. ¡Cuánto saben sus huesos!, que dicen en las orillas del Betis.

Arrojados del paraíso bético Chaves y Zarrías, el nuevo presidente pone rumbo a su viejo proyecto: una gran caja andaluza con Unicaja de buque insignia. Asenjo, fiel, sereno y cauto con lo que diga Madrid, procura que las aguas no bajen turbias dejando solucionada la encomienda que lo trajo a estas riberas. Encaje de bolillos. El PSOE está dispuesto a mucho, como ha demostrado incluso con malas formas. El Vaticano no quiere perder el banco y está dispuesto a vigorizarlo con dineros propios, salvaguardando su libertad de cara al futuro. La Iglesia quiere y busca más control, sin perder las amistades con el socialismo andaluz. El tablero de ajedrez se ha abierto. Miguel Castillejo recuerda a Séneca: “En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto”. Roma pide su ritmo andante ma non troppo. Habrá que estar muy atentos. Los cantos de sirena de la Obra Social no deben hacer oídos sordos a los consejos de la púrpura sevillana. Adivino a qué Iglesia servirá la Cajasur que reflotará el Vaticano. Me permito un consejo: ante todo, las formas…

Publicado en el nº 2.669 de Vida Nueva (del 18 al 24 de julio de 2009).

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