LLUÍS ESQUENA (TORROELLA DE MONTGRÍ, GIRONA) | El último discurso de Francisco en su viaje a Corea, en agosto, fue dirigido a los líderes del apostolado seglar.
En él, el Pontífice destacaba la importancia de la asistencia, que debe estar también orientada al desarrollo de la persona, y animó a multiplicar esfuerzos en el ámbito de la promoción humana. También tuvo palabras de gratitud y reconocimiento hacia las mujeres católicas coreanas, que contribuyen a la vida y misión de la Iglesia como madres de familia, catequistas, maestras y de tantas otras formas. Finalmente, el Obispo de Roma destacó la importancia del testimonio dado por las familias cristianas:
En una época de crisis de la vida familiar, la familia sigue siendo la célula básica de la sociedad y la primera escuela en la que los niños aprenden los valores humanos, espirituales y morales que los hacen capaces de ser faros de bondad, de integridad y de justicia en nuestras comunidades.
Concluyó Francisco:
Cualquiera que sea vuestra colaboración con la misión de la Iglesia –, os pido que sigáis promoviendo en las comunidades una formación cada vez más completa de los fieles laicos, mediante la catequesis continua y la dirección espiritual. Os pido que todo lo hagáis en completa armonía de mente y corazón con los pastores, intentando poner sus intuiciones, talentos y carismas al servicio del crecimiento de la Iglesia, en unidad y en espíritu misionero.
Pueden enviar sus cartas con sugerencias o comentarios a: director.vidanueva@ppc-editorial.com