Confabularse contra Francisco

JORDI LLISTERRI, director de Catalunyareligio.cat |

Recentrar la práctica eclesial y la doctrina eclesial en la misericordia, en el servicio, y poner a los pobres en el centro de la Iglesia es un gran reto. Pero tiene muchos más riesgos y se contrapone a muchos más intereses creados y prebendas que, por ejemplo, discutir sobre fe y razón o sobre la belleza como vía de acceso a lo sagrado.

La homilía del papa Francisco –“el verdadero poder es el servicio”– no creo que fuera muy cómoda para buena parte de los altos dignatarios presentes en la celebración del inicio del pontificado. Pero erigir a la Iglesia en portavoz de “el hambriento, el sediento, el forastero, el desnudo, el enfermo, el encarcelado…” tampoco será de fácil digestión para los verdaderos poderes que mueven el mundo, sobre todo los que no estaban visiblemente representados en la Plaza de San Pedro.

No lo aceptarán con las sonrisas y la simpatía de la diplomacia. Es un ataque demasiado peligroso para tolerarlo a un altavoz tan potente como la Santa Sede y una red tan universal como la Iglesia católica. Un compromiso firme del Papa en este terreno no le saldrá gratis, como ya le pasó a Juan Pablo II con su coherente oposición radical a la guerra.  

Si la cosa va en serio, il gran rifiuto
no lo encontrará en la vetusta Curia,
sino entre gente más poderosa
con ganas de confabularse contra el papa Francisco
para evitarlo.

El cardenal Renato Martini, antiguo presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, decía hace pocos años en Barcelona que la Doctrina Social era “el secreto mejor guardado de la Iglesia”.

Construir una verdadera Iglesia de los pobres también generará reticencias eclesiales, pero el Papa cuenta con una doctrina claramente formulada y una base muy amplia que responde a este compromiso. ¿Dónde está actualmente la mayoría de la Iglesia? Echemos una mirada universal: no está en los despachos de Vatileaks; está en la calle con la gente, aunque no disponga de cadenas de televisión para contarlo. Francisco solo tiene que ser el ariete que permita visualizarlo. No hay nada que inventar. Recrear y recentar es suficiente.

Y si la cosa va en serio, il gran rifiuto no lo encontrará en la vetusta Curia, sino entre gente más poderosa con ganas de confabularse contra el papa Francisco para evitarlo.

En el nº 2.841 de Vida Nueva.

NÚMERO ESPECIAL VIDA NUEVA: NUEVO PAPA

ESPECIAL WEB: PAPA FRANCISCO

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