Con motivo del 150º aniversario de la publicación de El origen de las especies, el Consejo Pontificio para la Cultura, muy al contrario de dejar pasar el hito, ha organizado un Congreso Internacional sobre la obra de Charles Darwin y la teoría del evolucionismo, en Roma del 3 al 7 de marzo. Es una magnífica oportunidad para recordar, como ha hecho recientemente el presidente del Consejo, Gianfranco Ravasi, que “a priori, no existe incompatibilidad entre el evolucionismo y la Biblia”. Antes bien, ¿por qué no ver en las teorías evolutivas un modo más perfecto por el que Dios sigue minuciosamente el camino de su creación más amada? Sea como fuere, lo que queda claro es que la Iglesia no repele el diálogo Fe-Ciencia.
En el nº 2.648 de Vida Nueva.