(Santos Urías) Hoy me viene a la cabeza el nombre de este disco de Supertramp. Quizá porque también nosotros podríamos preguntarnos: ¿de qué crisis estamos hablando en estos días? Es muy triste ver cómo muchas personas engrosan las listas de parados; o cómo el incremento de las hipotecas afecta a muchas familias de clase media; u observar la lista de la compra, que resulta cada vez más inaccesible.
Pero mientras se nos habla de la inflación, los tipos de interés, de los avales a los bancos, otra crisis se ha instalado en nuestra cultura, en nuestra sociedad, en nuestro mundo.
Y es una crisis casi tan antigua como el ser humano: la que pone en el centro al dios del dinero; la que hace girar todo en torno al bienestar, a un sistema que sitúa la dignidad humana muy por detrás de otros criterios.
Así, vemos cada vez más personas sin techo por nuestras calles. Muchas familias rotas por la inmigración. Muchos jóvenes que no viven juntos esperando para poder tener su piso en propiedad; o que deciden no tener hijos porque hay otras prioridades económicas. Abuelos aparcados en residencias, imagen de una sociedad decadente, donde el que no produce no vale. Niños y niñas que apenas ven a sus padres los fines de semana, educados por la televisión y por Internet.
En el nº 2.640 de Vida Nueva.
