Las diócesis de Lugo, Granada, Barcelona y Toledo aspiran a acoger el próximo Congreso Eucarístico Nacional. Un representante de cada una de estas diócesis expone para Vida Nueva las razones por las que la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española debería elegir la suya para que se convierta en sede de esta importante cita, que tendrá lugar en el año 2010.
LUGO
(Gonzalo Fraga Vázquez– Vicario General de la Diócesis de Lugo)
Lugo pretende acoger la celebración del X Congreso Eucarístico Nacional, en primer lugar, porque en su Catedral se expone permanentemente el Santísimo Sacramento desde tiempo inmemorial, quizás desde el siglo XIV. La Iglesia Catedral es un lugar de oración y adoración al Señor, abierto desde las 7:30 de la mañana a 9 las de la noche. Todos los días del año hay turnos de adoración nocturna. La adoración nocturna está presente en varios pueblos de la diócesis.
En la Catedral de Lugo también tiene lugar la ofrenda de Galicia al Santísimo Sacramento, desde hace ya más de 300 años, el domingo siguiente a la fiesta del Corpus. La diócesis cuenta, además, con un santuario eminentemente eucarístico como es el de Santa María la Real do Cebreiro, entrada en Galicia del Camino de Santiago francés.
Lugo es una diócesis eminentemente eucarística, podríamos decir. Además del culto a la Eucaristía, los signos eucarísticos son signos identificativos de la sociedad lucense y gallega. En el escudo de la ciudad, encontramos una profesión de fe eucarística. En el escudo oficial de Galicia, aparecen un cáliz y una patena, que hacen referencia al milagro eucarístico del santuario del Cebreiro.
En la memoria colectiva aún permanece el recuerdo del II Congreso Nacional celebrado en esta ciudad en el año 1896.
Lugo es llamada la Ciudad del Sacramento. Puede acoger la celebración del Congreso porque creemos que cuenta con la infraestructura suficiente para acoger un evento de tal magnitud. En la ciudad hay pabellones que pueden albergar 2.500 personas, uno, y otro más de 5.000. En la ciudad contamos con más de 1.900 plazas hoteleras y en un radio de 30 km., menos de media hora de coche, más de 4.000, sin contar casas de la diócesis como el seminario y la casa sacerdotal.
Consideramos también que el 2010 es Año Santo Compostelano, y la diócesis de Lugo está atravesada por tres vías importantes de peregrinación a Compostela: el camino francés, el camino primitivo y el camino norte. La cercanía con Santiago y el hecho del camino de peregrinación es un motivo para acoger la celebración del Congreso.
En Lugo nunca ha perdido relevancia el culto a la Eucaristía y, por ello, pensamos que es un lugar idóneo para revitalizar la reflexión y la celebración de la Eucaristía en España. Tras las consultas hechas a sacerdotes, religiosos y laicos, se acogería con gran ilusión un evento eucarístico.
Por todo ello, consideramos que Lugo puede ser una sede apta para la celebración del Congreso Eucarístico.
GRANADA
(Manuel Reyes– Vicario General-Moderador de Curia de Granada)
La archidiócesis de Granada desea celebrar el Congreso Eucarístico Nacional previsto para 2010. El conjunto de actividades que giran alrededor de un Congreso Eucarístico representa una gracia para la Iglesia donde se celebra. También lo es para otras diócesis vecinas, llamadas especialmente a la participación en el evento. Tenemos todavía el recuerdo de lo que supuso para las seis diócesis de nuestra Provincia Eclesiástica la venida del Santo Padre en 1982. La colaboración entre ellas, la organización de multitud de actividades de preparación y la culminación en el gran encuentro con el Papa todavía se recuerdan como un momento de gozosa experiencia eclesial. Desde entonces, la vida de la Provincia mantiene diversas actividades pastorales comunes que animan la comunón eclesial. Todo esto, mirando sólo a las diócesis más cercanas. Porque semejantes bienes esperamos para otras diócesis andaluzas y españolas en general.
La Iglesia en Granada tiene una gran tradición eucarística. Renació en el siglo XVI bajo el signo de la devoción a la Eucaristía, expresada sobre todo en el relieve que la festividad del Corpus Christi tiene entre nosotros ya desde los primeros momentos de la restauración. En medio de una comunidad humana formada mayoritariamente por musulmanes en el primer momento y por bautizados no suficientemente evangelizados después, el culto eucarístico fue el eje de la evangelización y de la integración de los cristianos provenientes de todas partes.
Hoy vivimos una situación que, en parte, es parecida. La presencia de no cristianos va siendo notable. La celebración del Congreso puede ser muy positiva para la animación del pueblo cristiano, no sólo por lo que significa la afirmación comunitaria y pública de la fe, sino, sobre todo, por el valor no mensurable de la acción de la gracia a través de la oración, la celebración y adoración eucarística, la caridad cristiana, la catequesis y la formación de los fieles en todo lo referente al “misterio de nuestra fe”.
En el Congreso estarían presentes también otras dimensiones culturales, como exposiciones, conferencias y conciertos, que sacarían a la luz toda la riqueza que la devoción eucarística ha ido generando en las diversas manifestaciones artísticas, y que constituyen un rico patrimonio en nuestra tierra.
BARCELONA
(Josep Urdeix– Delegado Diocesano de Liturgia de Barcelona)
No puede dejar de mencionarse, ante la posibilidad de que el Arzobispado de Barcelona acoja el Congreso Eucarístico Nacional de 2010, el hecho de que ya en 1952 hizo esta experiencia, y la hizo en su dimensión internacional. Aquella fecha empieza a quedar algo lejos, pero permanece viva, no solamente en el recuerdo, sino también en la sensibilidad espiritual de cuantos participaron en aquel Congreso. Recuperar ahora aquella experiencia puede ser, eclesialmente, muy conveniente.
Otra circunstancia histórica, unida a la Eucaristía y que es bueno indicar, es valorar el hecho de que Barcelona fue de las pioneras en celebrar la fiesta del Corpus Christi con todas las dimensiones de expresión “pública y popular” con las que nació en la Edad Media. Esta tradición eucarística barcelonesa no puede olvidarse.
Por otra parte, aunque pueda parecer un motivo muy coyuntural, cabe poner de relieve la realidad social en la que está inserta Barcelona. Una ciudad en la que, dada su especial capitalidad en todos los órdenes, da pie a que las más diversas convocatorias culturales, artísticas, profesionales, etc., encuentren eco de manera habitual en ella, puede también dar ocasión a que en ella se dé público testimonio de fe en el sacramento eucarístico. Dicho de otra manera, puede ser significativo que, en nuestra época y en este momento, la Iglesia de Barcelona invite a las demás Iglesias con sede en España a unirse, en el marco propio de un Congreso Nacional, a la concreta manifestación de culto eucarístico que tales Congresos comportan.
Para la misma Iglesia de Barcelona, sin duda, sería una ocasión óptima para que sus fieles afianzaran la fe, la alabanza y la adoración eucarísticas. La reflexión teológica y pastoral que un Congreso supone contribuiría a incidir nuevamente en todos los aspectos que nos ayudan a celebrar mejor la Eucaristía y a participar en ella con mayor fruto espiritual, a hacer hincapié una vez más en la dimensión social que brota de la Eucaristía, y no dejaría de tener una notable incidencia en la vida eclesial de Barcelona. Ver y valorar el ejemplo de las demás Iglesias que vivirían fraternalmente, en comunión con ella, esta experiencia espiritual, debería también ponerse en el activo de la vivencia eucarística que se viviría, muy particularmente, en Barcelona gracias a la celebración en ella de este X Congreso Eucarístico Nacional.
TOLEDO
(Juan Miguel Ferrer Grenesche– Vicario General de la Diócesis de Toledo)
Toledo, con otras ciudades de España, merece con toda propiedad el título de “ciudad eucarística”. De hecho, su fiesta es el Corpus, sin que ninguna otra fecha del año pueda competir con ella.
La piedad eucarística viene marcando desde hace siglos la vida cristiana en Toledo, unida a la idea de la evangelización y a la llamada a una caridad creativa, como bien lo mostró en su día doña Teresa Enríquez, la loca del sacramento.
La pujanza de asociaciones eucarísticas y el interés por vivir una espiritualidad eucarística y de comunión se siguen reflejando en la vida de las comunidades y en los planes pastorales: celebramos las Jornadas Eucarísticas Nacionales, preparando la participación de España en el Congreso Eucarístico Internacional de Québec (Canadá) en junio.
Nuestra Diócesis querría compartir con muchos hermanos de toda España esta gracia, este don de Dios para la vida del mundo, y que ello sirva para consolidar e impulsar, aún más, nuestra acendrada vida eucarística.
Por otra parte, creemos que nuestra posición geográfica, nuestra capacidad de acogida y los medios materiales y humanos de los que disponemos nos dan la posibilidad de acoger con comodidad y fruto a todos los posibles congresistas.
Si nuestra ciudad fuese escogida, insistiríamos en realizar un serio trabajo doctrinal, unas celebraciones con profundo sentido sagrado, una rica participación y una clara implicación social y de caridad.
Nos alegraremos de un fructuoso Congreso Eucarístico Nacional, sea cual sea su definitiva ubicación, y si tenemos la gracia de acogerlo en Toledo, intentaremos, por todos los medios, ofrecer unos días de intensa experiencia de Dios a todos los participantes, para que nadie se sienta forastero ni extraño entre nosotros.
Será un tiempo fuerte de estudio, de celebración y de ejercicio de la caridad que a todos nos ayudará a responder con más fuerza y esperanza a los retos del momento presente.
En el nº 2.637 de Vida Nueva.