Función clara de contagio
“Hoy, el encuentro con la figura eterna de Jesús, no sólo el Jesús fundador de una Doctrina religiosa, establecedor de una fe, sino el Jesús fundador de una Iglesia continuadora de su misión salvadora, puede resultar muy difícil hasta para los que honradamente le buscan. Y esto debe hacernos pensar mucho. (…) No basta el descubrimiento personal de la fe, sino que se hace imprescindible el que esa fe ‘sirva’ a los demás, ejerza funciones claras de contagio sin acudir a estentóreas predicaciones ni a presiones de ningún tipo”.
En el nº 2.656 de Vida Nueva.