(Fernando Vidal– Profesor de Sociología en la Universidad Pontificia Comillas)
“Un problema central de la cultura eclesial española es que es poco culta y poco internacional. Somos solidarios con quienes sufren en lejanos lugares, pero nuestra mentalidad no es universal. Y eso hace que sigamos siendo una excepción no positiva en el mundo”
Si vas a Estados Unidos, la gente te pregunta: ¿vas a aprender? Si vienes a África, te preguntan: ¿vas a ayudar? En realidad, África es una universidad de humanidad para el mundo. Pensar la actualidad de la Iglesia española desde Kibera, el segundo mayor slum del mundo, en Nairobi, es, sobre todo, pensar en que en nuestra comunidad eclesial deberíamos no sólo ayudar al Sur, sino principalmente aprender de él. Deberíamos refundar nuestras parroquias desde el sentido de comunidad, creatividad y profundidad religiosa del pueblo africano. La profundidad de su esperanza es proporcional a lo extremo de sus necesidades. Es el pueblo más esperanzado del mundo. África está llena de heridas sangrantes pero también de lugares abiertos por la resurrección. El pobre, pero realmente pobre, es aquél que sólo puede dar dinero porque cuando no tiene no es nada. ¿Somos tan pobres que sólo podemos dar dinero o sus sucedáneos a África? Lo más valioso que podríamos hacer por África no es prestarle dinero, sino oído. No habla alto. Lo que dice es inaudible si tus bolsillos hacen ruido muy cargados de monedas.
Y ahora veo a España y encuentro que estamos tan encerrados… Dios puso casi todo el mar alrededor de nuestra península para que saliéramos, pero nos empeñamos en ponerle vallas. Un problema central de la cultura eclesial española es que es poco culta y poco internacional. Somos solidarios con quienes sufren en lejanos lugares, pero nuestra mentalidad no es universal. Y eso hace que sigamos siendo una excepción no positiva en el mundo. ¿Qué pasa en España?, preguntan católicos de todos los países. Nuestra imagen como Iglesia ha perdido mucho. Necesitamos repensarnos desde fuera y desde el Sur igual que en el año cero el mundo fue reinventado desde fuera y Oriente y no desde Roma. Menos mal que tenemos inmigrantes. Por favor, ¿pueden ayudarnos a aprender a ser Iglesia más universal?
En el nº 2.713 de Vida Nueva.
