El drama de la cultura actual

Ginés García Beltrán, obispo de Guadix-BazaGINÉS GARCÍA BELTRÁN | Obispo de Guadix-Baza

“Es necesario formar en la interioridad, descubrir –y ayudar a descubrir– el valor que supone pararse para mirar a las cosas…”.

Decía Juan Pablo II a los jóvenes en Cuatro Vientos, en su último viaje a España: “El drama de la cultura actual es la falta de interioridad, la ausencia de contemplación”. Es verdad que la cultura actual se queda en lo exterior, cree solamente en lo que puede ver y tocar, incapacitando al hombre para la interiorización. La cultura de la imagen domina de tal forma que valemos por lo que aparentamos y no por lo mucho que hay dentro de cada uno de nosotros.

No podemos quejarnos de la sociedad en la que vivimos si no le damos alma. Hemos de educar a nuestros niños y jóvenes en lo verdaderamente importante, no basta que sepan ganarse la vida, que compitan por ser más que el otro; el mejor instrumento para su felicidad será educarlos en la interioridad, hacer que sean capaces de entrar dentro de sí mismos.

“¿De qué es capaz la Humanidad sin interioridad? Lamentablemente, conocemos bien la respuesta. Cuando falta el espíritu contemplativo no se defiende la vida y se degenera todo lo humano”, son palabras del Papa. Una humanidad sin interioridad, incapaz de contemplación, pierde el sentido de lo que es y, en consecuencia, es capaz, en nombre de lo humano, de atentar contra la vida misma y de poner en peligro la integridad del hombre.

Es necesario formar en la interioridad, descubrir –y ayudar a descubrir– el valor que supone pararse para mirar a las cosas, a los acontecimientos, a las personas con profundidad, ver lo que llevan dentro; en definitiva, aprender a contemplar, poner alma a todo; para esto necesitamos fe, escucha de Dios, silencio, oración, confianza, aceptación de lo que Dios quiere y, en definitiva, amor.

Es una buena tarea para la reflexión del verano, para el descanso.

En el nº 2.855 de Vida Nueva.

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