ANTONIO SPADARO | Director de La Civiltà Cattolica
La visita del papa Francisco a América Latina el pasado mes de julio, con etapas en Ecuador, Bolivia y Paraguay, tuvo un significado ecuménico gracias a la presencia durante todo el tiempo del viaje de Su Eminencia monseñor Tarasios, arzobispo metropolitano de Buenos Aires y exarca de América del Sur. Monseñor Tarasios conoce a Jorge Mario Bergoglio desde hace años, pues era habitual que se viera con él para discutir de temas y problemas pastorales cuando ambos se encontraban en la capital argentina.
Al final de la celebración eucarística en el Campo Grande de Ñu Guazú, a las afueras de Asunción, monseñor Tarasios dedicó unas palabras al papa Francisco. Como representante de la Iglesia ortodoxa, en su alocución ofreció su bienvenida también en nombre de Bartolomé I, patriarca ecuménico de Constantinopla. Expresó cordialmente sentimientos de gratitud y manifestó la alegría de testimoniar juntos que el verdadero amor y la verdadera fraternidad entre las Iglesias no se limitan a una mera escolástica o a una correcta relación diplomática, sino a una experiencia de vida fundada en el Evangelio.
El arzobispo metropolitano definió al Papa “Santidad” y “Hermano Mayor”. “Hemos compartido muchos años en Buenos Aires, en donde aprendí de usted a ser un buen obispo y pastor, y ahora la Divina Providencia nos junta una vez más en estas tierras sudamericanas, cuya realidad ha sido motivo de diálogo, preocupación y desvelo para ambos”, dijo. Aseguró que su visita era acogida como una ocasión de encuentro, de alegría y de compromiso. Expresó, además, su conciencia de que la elección del antiguo arzobispo de Buenos Aires al pontificado podrá contribuir a hacer considerar a América Latina como un gran tesoro para la humanidad.
“Gracias, Santo Padre, por haber estado entre nosotros, en este viaje; gracias por su estadía como obispo de Buenos Aires; gracias por dar al mundo ese acento sudamericano, por dar testimonio de que el por algunos llamado ‘tercer mundo’ también tiene por ofrecer un gran tesoro para la humanidad”, concluyó monseñor Tarasios, manifestando finalmente su deseo de que Francisco visite pronto Argentina.
En el nº 2.957 de Vida Nueva.
