El mayor dato sobre la Iglesia

Fvidal 8(Fernando Vidal Fernández– Profesor de Sociología en la Universidad Pontificia Comillas)

“Prácticamente el único asociacionismo presente en los suburbios es religioso. Cuando se pregunta a los pobres por sus afiliaciones, el asociacionismo religioso activo es primordial”

Se presenta, como cada década, un nuevo Informe FOESSA, un retrato de la exclusión y el desarrollo en España. Entre sus muchas conclusiones, hay un dato que seguramente pase inadvertido a los titulares, pero da para mucho. El Informe estudia las relaciones asociativas y concluye: prácticamente el único asociacionismo presente en los suburbios es religioso. Cuando se pregunta a los pobres por sus afiliaciones, el asociacionismo religioso activo es primordial.

¿Cómo interpretar esto? Primero, lamentar el bajo asociacionismo de los pobres y la ausencia de entidades. Hemos olvidado el derecho de participación social de las personas empobrecidas. En segundo lugar, constatamos el intenso compromiso eclesial en la lucha contra la exclusión, y que es el principal cauce de participación social de los pobres. La presencia de Iglesia es más que una intervención social que los convierte en usuarios: es participación que los hace ciudadanos. En tercer lugar, supone un desafío a las religiones: al ser el principal cauce de participación social, hay una enorme responsabilidad respecto a que realmente sea un compromiso promotor de la persona y creador de ciudadanía. También urge el sentido ecuménico, porque parte corresponde a otras confesiones y es necesario compartir un enfoque de promoción y en red. Cuarto, desde el conjunto de entidades públicas, hay que intensificar la cooperación con las iglesias sin hacer que se conviertan en ONG, sino respetando el valor promotor de su singularidad y acción religiosa. Quinto, cuando hablamos del estado de la Iglesia en España, deberíamos relativizar la “alta política” y poner este hecho en el centro. Aumentaría la comunión. La comunión sólo se alcanza no por las luchas identitarias, sino si servimos juntos al Otro.

En el nº 2.632 de Vida Nueva.

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