El señor Bono y “su” Iglesia

(Ángel Martín Sarmiento, sacerdote- Sevilla) No sé si la busca, pero lo que me parece obvio es que el señor José Bono busca la notoriedad, el primer plano, con tanta insistencia que da la impresión de buscarla hasta cuando la niega. Y ya es hora de decirle a este señor, con respeto pero también con claridad, que ni juegue ni enrede con sus salidas sobre la Iglesia. Quiere una Iglesia a su medida, una Iglesia en la que se viva y predique el amor, pero que permita avalar, con firma y voto, la muerte criminal del inocente e indefenso. Al señor Bono se le presentó el dilema con toda su crudeza: fidelidad a la vida o fidelidad al mando y ordeno del jefe… Y el señor Bono optó por la fidelidad al jefe… Un jefe que obligó a los suyos, entre los que se encuentra el señor Bono, a bailar al son del tambor que él, el jefe, tocaba. Y bailó el señor Bono porque la danza era impuesta.

Sí, sí: mucho amor, mucho… a raudales… mucho aborto, pero mucho crimen. El señor Bono tiene muy poco respeto al coeficiente intelectual de millones de españoles. Quiere que comulguemos no ya con galletas –cosa en la que él también tiene liturgia aparte–, sino con las ruedas de su molino. Pontifica sobre la Iglesia con una autosuficiencia que le lleva a poner en solfa a la Conferencia Episcopal, a borbotear que él cree en la Iglesia de Cristo, pero no en la del obispo Martínez Camino, que el obispo Munilla es un hombre excesivamente de derechas… Al señor Bono le encanta estar siempre al lado de algún obispo o cardenal, como si buscara un contrapeso… Y ya que de obispos hablamos,  convoco al señor Bono a que nos diga qué le han dicho los obispos que, según él, han entrado en comunicación con su situación… ¿Que no haga caso y se acerque a comulgar? ¿Que es cuestión de algún que otro obispo, pero no de la Iglesia?

Y predica también la Iglesia del perdón. Pero el perdón es porque se tiene conciencia de pecado, porque hay arrepentimiento y propósito de enmienda. Si no se dan estas condiciones, no hay perdón, no puede haberlo… porque es un atentado contra el perdón de Dios echarse estas cuentas: peco y, después, pido perdón. El señor Bono está acostumbrado a jugar con el fuego… pero el fuego, aun jugando, quema.

En el nº 2.696 de Vida Nueva.

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