El valor de la excelencia

JESÚS SÁNCHEZ CAMACHO | Profesor CES Don Bosco

Hasta el momento, no se había parado a pensar en la vida y en la muerte. No tenía tiempo para filosofar. Y, aunque su ritmo profesional era frenético, se dedicaba a lo primero, a vivir. “Para qué pensar”, decía un hombre de negocios acostumbrado a compatibilizar su vida conyugal con una amante. Era un pirata situado en las antípodas del personaje de José de Espronceda. El poder era su tesoro, y la excusa del trabajo, la libertad.

Luis Aurelio, en una obra que ha quedado semifinalista en el concurso de cuentos de Vida Nueva, dibuja un perfil parecido en el nº 469. Pero, en el relato, el hombre de negocios se para a pensar ante la muerte súbita de un colega cuando regresaba, teóricamente, de su trabajo. En la actualidad, las transgresiones que más importan a una conciencia social fustigada por el desempleo y los contratos basura son los tipos de delitos que el politólogo Éric Toussaint cataloga de demasiado grandes como para ir a la cárcel.

El cuento del lector chirría con la exclusiva de María Luisa Bouvard. La periodista realiza un amplio reportaje sobre ICAI, a raíz del I Congreso de Ingenieros, de la promoción número 50 y de los 25 años del fallecimiento de José Agustín Pérez del Pulgar, jesuita encargado de levantar este proyecto pionero en la ingeniería privada de España. Enrique Climent, pastoralista durante muchos años en la Universidad Pontificia Comillas, siempre manifiesta la importancia en la apuesta por la excelencia. Un magis, que en la pedagogía ignaciana significa ser excelentes para amar y servir.

Es una pena que esta arista de la excelencia no la percibiera el hombre de negocios dibujado por el semifinalista del concurso. Cierto es que el empresario acabó convirtiéndose, prometiendo a su mujer ingresar en una asociación apostólica. Pero lo que ella no sabía era a qué obedecía su cambio interior. Quería que el día de su muerte su imagen quedase impoluta, figurando en una esquela como “director-gerente de… y cofrade de la Congregación de…”.

En el nº 2.940 de Vida Nueva