(Valentín Abelenda Carrillo– Salt, Girona) Con motivo del Meeting de Rímini, el representante de la OSCE denunció que, actualmente, en el mundo, de 100 personas perseguidas por su fe religiosa, 75 son cristianos. Éste confirmó la persecución a los cristianos que se viene produciendo continuamente en países de Oriente Medio y de Asia. Además, dijo que “si los años 90 terminaron con violentos ataques por parte de los integristas, en el último decenio se ha incrementado la persecución a los cristianos tanto en los Estados neocomunistas, como China y Corea del Norte, como en los países musulmanes”. En más de 30 de los 50 países musulmanes, en este momento se persigue a los cristianos. Hago esta reflexión no por una estrategia identitaria, sino para defender de todo corazón la libertad.
Y es que el fundamentalismo no es exactamente un fenómeno religioso, porque el verdadero hombre religioso hace posible una mayor libertad para todos. Cabe también destacar que la tutela de la libertad religiosa no consiste sólo en evitar las persecuciones, sino en tutelar el derecho a la conversión y la expresión pública de la fe. Tal vez sea necesario recordar esto a nuestros legisladores, pues se van a encontrar con un proyecto que no tutela el derecho a la expresión pública de la religión.
En el nº 2.720 de Vida Nueva.
