Esperanza con los jóvenes de hoy

(Josefina Galán– Málaga) Acabo de leer en la hoja informativa de la diócesis de Málaga que el próximo sábado 11 van a ser ordenados sacerdotes dos jóvenes malagueños. Me da alegría la noticia, por sus entregas al sacerdocio, porque serán los dos primeros sacerdotes que ordene nuestro obispo Jesús Catalá y porque serán también los primeros que se ordenan en esta diócesis en el Año Sacerdotal.

Antonio Castilla, que es uno de los futuros sacerdotes, era un chico muy tímido, y su madre -como todas las madres- quería ayudarle a superar la timidez, por lo que le llevó a una convivencia de verano del Seminario Menor. El Señor se valió de este encuentro para llamarlo a través del testimonio de felicidad, disponibilidad, simpatía, diversión… que encontró en los monitores del Seminario.

Jesús Hernández ya era profesor de Religión, y aunque había conocido a una chica con la que estaba saliendo, cuando en 2003 vino Juan Pablo II a España, perdió el miedo que tenía desde hacía tiempo a la llamada que el Señor le venía haciendo en su corazón. Fue entonces cuando entró en el Seminario y recobró inmediatamente su paz.

El sacerdocio es el amor del Corazón de Jesús”, repetía con frecuencia el Santo Cura de Ars, cuya principal labor fue la dirección de almas. No llevaba mucho tiempo en Ars cuando la gente empezó a acudir a él de otras parroquias, luego de lugares distantes, más tarde de todas partes de Francia, y, finalmente, de otros países. Su consejo era buscado por obispos, sacerdotes, religiosos, jóvenes y mujeres con dudas sobre su vocación, pecadores, personas con toda clase de dificultades y enfermos.

Que el Santo Cura de Ars bendiga a Antonio y a Jesús para sean santos sacerdotes, que es lo que necesita la Iglesia. Mi felicitación y mis buenos deseos de santidad para ellos.

En el nº 2.668 de Vida Nueva.

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