JESÚS SÁNCHEZ CAMACHO | Profesor CES Don Bosco
“Recientemente, científicos españoles han protagonizado un vídeo musical denunciando la falta de financiación de sus investigaciones. Otros, prefieren mudar su cerebro al extranjero…”
El curso de la tercera sesión del Concilio Vaticano II avanza y, en vísperas de la llamada semana negra, el cruce de argumentos entre inmovilistas y reformistas se ha acentuado. Está en juego la colegialidad y la apertura de la Iglesia al mundo. El contraataque del ala minoritaria intenta poner en jaque el aggiornamento a través de una catarata de acusaciones de herejías que, si no pueden frenar, pretenden desacelerar el cambio. Ellos preferirían la fuga de cerebros como Congar, Daniélou, Häring, Jungmann, Küng, De Lubac, Rahner, Ratzinger o Schillebeeckx. Pero ya es tarde. Los teólogos permanecerán en Roma.
En medio de esta intrahistoria conciliar, el número 443 de Vida Nueva enfoca un intenso debate sobre las Iglesias orientales, en el que no pocos peritos quieren fraguar la forja del mutuo reconocimiento bajo el fuego de la unión. Asimismo, la revista diseña una prospectiva geopolítica de EE.UU. con la llegada de su nuevo presidente, el kennedyano Lyndon Johnson, y lanza una entrevista en exclusiva a Severo Ochoa, Nobel de Medicina.
La reputación científica de EE.UU. era de reconocido prestigio. Pero el sector sanitario tenía una asignatura pendiente: la protección de los más vulnerables. Por eso, The Great Society de Johnson implica el Medicare y Medicaid. El médico que tuvo que cruzar el charco para desarrollar su investigación bioquímica reconoce a Vida Nueva que “se ha conseguido ya la inercia necesaria para que la investigación en España sea una cosa continuada”.
Recientemente, científicos españoles han protagonizado un vídeo musical denunciando la falta de financiación de sus investigaciones. Otros, prefieren mudar su cerebro al extranjero. Manuel Gómez Ortiz, periodista que hace 50 años entrevista al doctor, parece concluir su artículo escribiendo para los políticos de hoy: “Para más producir (Severo Ochoa) tuvo que irse fuera. ¡Qué alegría si esto no tuviera que repetirse; que se está repitiendo!”.
En el nº 2.916 de Vida Nueva
MÁS DE ESTE AUTOR:
- HACE 50 AÑOS: “Indignados”
- HACE 50 AÑOS: “Tengo un sueño”
- HACE 50 AÑOS: ¿Qué ha sido Vida Nueva?