LUIS A. GONZALO-DÍEZ, cmf | Director de la revista Vida Religiosa
“Hace mucho tiempo que la Iglesia no pide el carné de creyente para ofrecer ayuda, más todavía, que la Iglesia es la primera en llegar al dolor y la última en marcharse. Y esto es mucho más que rellenar de un modo u otro la casilla de la declaración”.
A vueltas con la financiación de la Iglesia. Muchos callan, pocos se manifiestan… opinan, proponen y, los más osados, juzgan. Siempre que se habla de estas cosas, uno tiene la sensación de que el mal llamado Estado de Bienestar da para esto. Sobre todo, para hablar. Que la Iglesia y sus obras las sostengan aquellos que se sienten Iglesia… En sí está bien, es lo lógico… Solo hay un problema, el Estado de Bienestar no es para todos, hay muchos que no lo conocen… ni lo intuyen. Y justamente para esos, que no son pocos, va la famosa X.
No duele tanto que se pida que quien no quiera no aporte, cuanto que se hagan anuncios demagógicos y sin visión. Hace mucho tiempo que la Iglesia no pide el carné de creyente para ofrecer ayuda, más todavía, que la Iglesia es la primera en llegar al dolor y la última en marcharse. Y esto es mucho más que rellenar de un modo u otro la casilla de la declaración.
Dentro de la Iglesia, la Vida Religiosa, tiene su razón de ser en ofrecer esperanza donde esta se pierde o roba… No es que la asignación le mande, es que su razón de ser es esa. Y no le queda más remedio que ofrecer bienaventuranza… No porque un Estado o unos políticos ‘graciosamente’ se lo concedan, sino porque nació para atender los gritos del pobre.
Todo en la vida es ambiguo. Varía desde el prisma que se lea… Pero no nos engañemos: si las más de 6.000 comunidades religiosas que están trabajando en España desapareciesen, la multiplicación de la debilidad, soledad y pobreza no se sofocarían con una X… Y algunos de los que hoy creen que es un dinero innecesario, llamarían a las puertas que antes cerraron pidiendo, por favor, educación, sanidad, acompañamiento, cuidado de sus mayores, cocinas para mendigos o tiempo para acompañar las imperceptibles mejoras de quien lucha por abandonar la droga…
Y es que una cosa es hablar… y otra dar trigo. Hoy por hoy, la Iglesia y los religiosos en ella… dan trigo, y lo hacen en abundancia. Eso sí, en un Estado laico y plural, como debe ser.
En el nº 2.759 de Vida Nueva.
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