(Luis Groizard– Madrid) Recientemente se ha publicado en Vida Nueva el artículo “Cristiano y homosexual gracias a Dios”. En la cuestión de la homosexualidad se ha pasado de un extremo a otro. Desde matar bárbaramente a los homosexuales o, por lo menos, ser objeto de burla, que va, como es lógico, contra la caridad.
Si la homosexualidad es por naturaleza, debe estar en el Plan de Dios. Pero el homosexual tiene el mismo deber moral que el heterosexual: guardar la castidad mientras no contraiga matrimonio (es decir, unión de varón y fémina, abierta a la reproducción de la especie). Y no sólo es verdad cristiana, sino que me parece de cualquier religión. Pero así como el heterosexual puede sublimar el sexo, ¿por qué no el homosexual? Todos hemos oído del amor platónico que se practicaba en la Escuela de Platón. Y eso que eran paganos.
En el nº 2.646 de Vida Nueva.
